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Pediatras contratacan: denuncian agresión de padres tras la muerte de Luana
Un grupo de galenos organizó un abrazo simbólico al hospital pediátrico de Posadas. El caso de la niña muerta en el Sanatorio Camino abrió el debate sobre la calidad de la atención médica.
Dicen que se sienten agraviados; que los padres ahora reaccionan de manera diferente; que cuestionan mucho más las opiniones médicas; que reclaman estudios complementarios; y que todo comenzó a cambiar hace semanas, luego de la muerte de Luana Kruka (7 años), el pasado 8 de septiembre en el Sanatorio Camino.
Y es que los padres de la menor no dudaron un instante en destacar las falencias en la atención médica, salieron a los medios, y en todo el país se escuchó la historia de la doctora que trató de “mañosa” a la paciente: la pediatra Rocío de los Ángeles Nardes, oriunda de Santo Tomé, y que en mayo de este año terminó la residencia en ésa especialidad en el hospital Samic de Eldorado.
A la poca experiencia de la joven doctora se sumó otro componente: estaba sola en la Guardia. La paciente no reaccionaba a la medicación elegida por la pediatra y su cuadro empeoraba. Era la tercera vez en la semana que la doctora veía a la pequeña, no encontraba diagnóstico, y habría recurrido nuevamente a los libros, por lo que le dijo al papá: -“tu hija me está haciendo estudiar de nuevo”.
Médicos unidos
Mientras en el juzgado de instrucción penal Uno de Posadas avanza una investigación que intentará determinar si hubo Mala Praxis en el tratamiento de Luana Kruka, los pediatras del hospital Barreyro organizaron para mañana martes, a las 9, un abrazo simbólico a la institución, y en una carta abierta a la comunidad expresaron, entre otros puntos, que: “No realizamos una defensa corporativa, entendemos y nos sometemos a derecho cuando existe duda razonable en nuestro proceder médico”.
En la nota publicada el sábado por el diario El Territorio, los profesionales de la medicina advierten que: “Vemos con preocupación cómo se pone en tela de juicio el acto médico básico, que es la consulta, se sembró la semilla de la duda de todo proceder, pareciera que tiene más valor la exigencia de un padre que la palabra del profesional con un mínimo de diez años de estudio, sometido a exámenes y autorizado por el Colegio Médico a ejercer su profesión”.
En las redes sociales el caso alcanzó inmensa repercusión, tanto que los médicos pediatras también hicieron referencia al ataque virtual del que denuncian ser víctimas: “…es intolerable que se nos llame asesinos o criminales cuando somos profesionales de la salud. Aquellos mismos que desde el anonimato nos agreden, nos menosprecian, nos insultan, son los mismos, que de madrugada concurren a la guardia de emergencia en busca de nuestra ayuda…”, destacaron en el escrito.
CARTA DE LOS MÉDICOS
A la comunidad en general
Los abajo firmantes de profesión médico, en su mayoría Especialistas en Pediatría, ante los acontecimientos que son de público conocimiento queremos expresar nuestro pesar por el fallecimiento de la niña Luana Kruka y acompañamos en el dolor a su familia.
De igual manera, con el mismo énfasis, queremos manifestar nuestro repudio a los dichos agraviantes, expresados por algunas personas en las redes sociales y reproducidas por medios periodísticos, sin fundamentos ni conocimientos científicos.
Promoviendo la condena social, sin respetar los tiempos de la justicia a la cual todos estamos sometidos ya sea seamos médicos o no.
Hoy vemos con preocupación cómo se pone en tela de juicio el Acto Medico básico, que es la Consulta Médica, se ha sembrado la semilla de la duda de todo proceder, pareciera que tiene más valor la exigencia de un padre que la palabra del profesional con un mínimo de diez años de estudio, sometido a exámenes y autorizado por el Colegio Médico a ejercer su profesión.
Nos preparamos para la vida, nos preparamos para ayudar a nuestros pacientes a recuperar su estado de salud. Seguimos protocolos de estudio, diagnóstico y tratamiento. Y a pesar de ello a veces no podemos evitar lo inevitable, que es la muerte… Que más allá de nuestro entrenamiento, nos afecta como a cualquier ser humano y tal vez más cuando se trata de niños, muchos de nosotros somos padres.
El común de la gente no conoce y no tiene por qué conocer el proceso de evolución de las enfermedades, dicho de otra forma, ante una consulta precoz y frecuente como es la fiebre, por ejemplo, es probable que no encontremos la causa, que seguramente aparecerá con el paso del tiempo en 24-48 o 72hs.
No realizamos una defensa corporativa, entendemos y nos sometemos a derecho cuando existe duda razonable en nuestro proceder médico.
Ejercemos nuestra profesión con pasión, damos el ciento por ciento por nuestros pacientes y muchas veces no es suficiente, es intolerable que se nos llame asesinos o criminales cuando somos profesionales de la salud. Aquellos mismos que desde el anonimato nos agreden, nos menosprecian, nos insultan, son los mismos, que de madrugada concurren a la guardia de emergencia en busca de nuestra ayuda… Y allí estamos, con el dolor de sufrir su desprecio, pero sin renunciar a nuestro juramento de asistir al enfermo.
Es momento de que, como sociedad, recuperemos valores como el respeto, valoremos la formación profesional, entender que muchas veces la medicina tiene sus límites, que no es una ciencia exacta y muchas veces no tiene la respuesta.
Es el momento de recuperar la confianza en el médico, en su juicio profesional, y como pacientes fortalecer esa relación. La relación médico paciente es la base fundamental para establecer lazos basados en la confianza y la empatía.
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