El martes último, cinco niños fueron abandonados por sus padres y llevados a la Comisaría de la Mujer. Se trata de dos hermanitos de siete y cuatro años de Puerto Rico, y tres chicos de Capioví: dos nenas de doce y diez años y un varón de cinco.

Una realidad que duele, duele a los pequeños abandonados y debiera doler a toda la sociedad en su conjunto, no sólo a una parte. Desafortunadamente, historias como estas se repiten a diario en Misiones y en el país.

Dos casos consecutivos de niños abandonados sacudieron a Puerto Rico donde se reclamó una Casa Refugio para hospedar a los chicos que sufren este tipo de circunstancias extremas y que, al no contar con las condiciones ideales, deben quedarse en la Comisaría de la Mujer hasta que la Justicia encuentre un lugar dónde llevarlos.

En el caso de los hermanitos de siete y cuatro años, la Justicia resolvió restituirlos a su madre bajo una serie de condiciones. La mujer se ausentó de su domicilio el domingo, dejando a sus dos hijitos solos. Los vecinos llamaron a la comisaría para solicitar ayuda.

Los agentes acudieron al lugar y los trasladaron a la comisaría, donde estuvieron alojados hasta que el Juzgado de Familia resolvió restituirlos a su madre. En este caso, desde la Defensoría del Fuero Universal, se radicaron dos denuncias en contra de la progenitora, una ante el Juzgado de Familia y la otra en la Justicia Penal por abandono de persona.

En el segundo caso, los tres menores fueron trasladados al Hogar Jesús Niño, puesto que la madre, víctima del alcohol, habría resuelto entregarlos.

Tanto la Comisaría como el Juzgado se ven superados por la urgencia y gravedad que revisten estos casos y, a la vez, la falta de respuesta por parte de las autoridades políticas que no proveen una solución para que las víctimas puedan pasar esas horas de violación a sus derechos en condiciones más dignas, y no como ahora, que no tienen otra opción más que quedarse en una comisaría con lo inapropiado que eso significa.

Pedido en las redes sociales
A falta de espacio y recursos humanos adecuados para contener a los niños, los policías voluntariosos se ven obligados a pedir ayuda en las redes sociales. En este caso, los agentes pidieron a la comunidad que colabore con comida, ropa, sábanas y colchones para el tiempo que los niños debían pasar en la comisaría y la comunidad se solidarizó y colaboró.

El proyecto de Casa Refugio ya contaba con un espacio físico, pero nunca prosperó. Además, desde el Poder Judicial afirman que la Municipalidad se desentiende de este tipo de casos, y que desde Acción Social aducen que no tienen recursos suficientes.

Al ser consultado sobre las principales causas que determinaron el ingreso de los 396 niños a los 18 hogares de convivencia que hay en Misiones, el defensor de los Derechos de los Niños, Miguel Molina, indicó que la principal causa es por violencia y abuso; “pero también hay casos por abandono de sus familiares, tenemos muchos casos de adultos que se mudan y dejan a sus niños. Tenemos niños que son argentinos y sus padres se fueron a vivir a Paraguay o Brasil”, confirmó.

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