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Las boletas de luz son impagables para los misioneros que desconfían de EMSA
El consumo de energía eléctrica durante diciembre pasado fue registrado por Electricidad de Misiones SA (EMSA) con valores que hasta cuadruplican los montos del mes anterior, aunque se trata del 35 por ciento, en un primer tramo que se completará en febrero.
Si las actualizaciones, tanto la de diciembre/17 como la de febrero/18, se encuadraron en decisiones adoptadas por la Nación a raíz de reducción de los subsidios, los misioneros creen que en semejante incremento también tuvieron influencia las disputas internas en EMSA.
Por un lado, está siempre latente y desde hace ya un buen tiempo, la confrontación entre la empresa, cuya cabeza visible fue renovada recientemente, con el Sindicato de Luz y Fuerza por el pago de haberes adeudados y otras demandas.
A diferencia del año pasado, cuando también en verano se dio a conocer un tarifazo que finalmente se frenó, ahora el malestar fue creciendo a medida que llegaron las boletas a los domicilios, con una llamativa demora que, en casos, superó holgadamente los plazos de vencimiento.
Una importante franja de usuarios creyó ver en la tardanza una estrategia de EMSA tendiente a atenuar los efectos de los montos por el consumo de diciembre/17, aunque en los días posteriores la bronca llegó a las oficinas de reclamos de la calle Ayacucho, en Posadas.
En dicho centro, a diario se atienden centenares de consultas de los usuarios que intentan encontrar una explicación al aumento, que cuadriplica el consumo del mes anterior y hasta del historial correspondiente al año que pasó, generando una fuerte preocupación a la hora de abonar.
A pesar de las críticas que se conocieron a través de los medios de comunicación, no hubo explicaciones de parte de EMSA al respecto, cuyos directivos o están de vacaciones o no están autorizados a brindar información, con lo cual alientan las sospechas de los consumidores.
En ese contexto, resuena el anuncio del flamante presidente de la empresa, Guillermo Aicheler, quien a fines del último mes de 2017 dijo que “la próxima boleta de luz vendrá con un aumento del 35 por ciento, y solamente será el primer tramo”, refiriéndose al consumo de diciembre, pero anticipando al mismo tiempo lo que se vendrá.
Por otro lado, los escarceos que surgieron casi en simultáneo con el Sindicato de Luz y Fuerza, constituyeron un cóctel ideal para que se comenzaran a tejer todo tipo de conjeturas acerca de las reales razones del incremento de las tarifas de energía eléctrica.
Si bien son argumentos claramente diferenciados, resulta difícil explicar al común de la gente, al consumidor, al usuario, cómo un incremento anunciado en un 35 por ciento, al final termina cuadruplicando su consumo anterior que fue similar o menor en cantidad de kilovatios.
Es ahí donde aparecen las dudas y se consolidan las sospechas sobre la facturación excesiva de EMSA: ¿La idea es facturar más del aumento formal para atender otros requerimientos, como el acuerdo salarial con los empleados? Es necesaria una explicación.
Lamentablemente, en las idas y venidas se supo que el recambio de figuras que llevó a Aicheler a la presidencia de la empresa, no tuvo su correlato en los niveles gerenciales, donde continúan predominando las figuras vinculadas a Luz y Fuerza, aunque ninguno se atreve a opinar por el doble juego funciones que ostentan entre empresa y gremio. Al medio, los misioneros.
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