Crónica de un final anunciado que los chicos del club pudieron torcer y lograr la redención

Guaraní Antonio Franco tuvo un sprint final impresionante, cuando el agua llegaba al cuello, llegaron los triunfos y con una fecha de anticipación pudo mantener la categoría.  Pero hace poco más de un mes La Franja estaba 4 puntos abajo de su inmediato perseguidor, el equipo no ganaba y el fantasma de descenso rondaba por Villa Sarita. Pero todo es consecuencia de las malas decisiones continuas tomadas por una comisión directica con Enrriquez a la cabeza.

Primero: La temporada comenzó muy mal, cuando trajeron como D.T a un total desconocido: Miguel Ángel Zahzú, quien reemplazó en el cargo a los Zucarelli (otros foráneos para la categoría)  y sin el mínimo conocimiento se hizo cargo de un Guaraní que comenzaba la temporada 3 semanas después que todos los equipos de su zona y además perdía ambos clásicos amistosos ante Crucero. El hombre fue traído por decisión pura y exclusiva del presidente franjeado Roberto Enriquez y recomenandado por el supuesto manager Osvaldo Gutierrez a quien el grueso del público misionero acusa de ser el gran cáncer que tiene la institución. El ciclo de Zhazú fue el más breve de un entrenador desde que arrancó con el gerenciamiento futbolístico que llevó adelante el propio empresario de la construcción, Roberto Enriquez en febrero de 2008.

Segundo: Luego vino la contratación de Sebastian Pena quien con su inexperiencia como técnico con apenas un paso previo por San Martín de Tucumán en el pasado Federal A, en donde solo había durado un puñado de partidos antes de ser despedido. Y a “tomatito” vaya que le costó, sin conocimiento de la categoría, con un plantel caído animicamente, luego 3 derrotas consecutivas el equipo cayó en zona de descenso luego de la fase de grupo y así se fueron los hincas a festejar las fiestas con un pie en el Federal “B”.

Tercero: La guerra de las barras: una verdadera batalla campal se vivió en una noche de sábado, en donde los inadapatados de siempre se dieron con todo lo que tenían a su alcance y que dejó un par de internados en el hospital y otros con heridas leves, en donde de milagro no tuvimos que lamentar ninguna victima y en donde como ya es costumbre en Roberto Enriquez se miró para otro lado y nos se hizo nada al respecto, lo más llamativo de todo es que pese a que el tema tomó trascendencia nacional y se viralizó a través de las redes sociales, Enriquez no dio la cara, ni habló en ningún medio repudiando la violencia, ni explicando los hechos. salvo no dejarles entrar en un par de fechas, luego aplicó la gran Julio Grondona: Todo pasa.

Cuarto: Dejaron ir al máximo ídolo de la historia contemporánea Cristian Barinaga, pese a tener contrato vigente hasta Junio de este año. Desilusionado por no poder pelear por cosas importantes con la Franja, la falta de puntualidad en el pago de sueldos premios, etc el punta declaró: “Creería que fue mi último partido en Guaraní, cumplí un ciclo y hay que dejarle paso a otros chicos”. Y así fue, se fue el que hasta el día de hoy sigue siendo el goleador del presente torneo y con el gran parte de las esperanzas del hincha.

Con ese panorama, en zona de descenso, sin su referente, con deudas de un par de meses de sueldo arrancaba Guaraní su estadía en el grupo C de la revalida del torneo y luego del debut con derrota en Cordoba ante Sportivo Belgrano de San Francisco y el empate en 4 de local ante Gimnasia de Concepción del Uruguay, hasta el más optimista hincha franjeado se veía con nuevo descenso en sus hombros y la casi desaparición del equipo más popular en la historia de la provincia de los torneos importantes a nivel nacional.

Pero hubo un resurgimiento en donde los chicos del club pusieron la cara, con Facu Vera tapando absolutamente todo y trayendo un empate de Formosa ante Sol, con goles claves de Alan Almiron, con un Rodrigo Bareiro que juega cada vez mejor y que no tiene techo, con un Eluchans que puso lo que tenía que poner y se convirtió en un estandarte, con un Colo Fioravanti que demostró que está para jugar en otra categoría y con Goñi, Yiyi Rivero, Benitez y los demás que se contagiaron y entendieron como debían jugar las últimas fechas y sin dudas con la gente, con el verdadero hincha que acompañó siempre, con lluvia, con tormenta, con calor, con todos los resultados en contra, siempre alentando y ayudando al equipo.

Tomatito Pena cambio silvidos, insultos y dudas por aplausos, supo reveer sus errores y aplicó todos sus conocimientos para poder levantar, algo que parecía terminado. Guaraní, como el Ave Fenix, resurgió de sus cenizas y ahora va por más.

Un gigante del  Litoral mantuvo su lugar, desde el seno de la comisión habrá que replantear muchas cosas, pero sin dudas es hora que Osvaldo Gutierrez de un paso al costado y por el bien de la institución se vaya, caso contrario tendrían que darle un apretón de manos y agradecerle.

LVM

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