Hace poco más de un mes, a raíz de estudios realizados por investigadores del Conicet, se halló en Misiones y en otros lugares del país una subespecie del Aedes aegypti aegypti, que es una cruza de la especie autóctona y otra originaria de la sabana africana, y se denomina Aedes aegypti formosus.

A pesar de que los muestreos dieron con esta novedad recientemente, se cree que esta cruza existe hace mucho tiempo y debido a que los procesos de especiación son prolongados, recién ahora han mostrado características morfológicas distintas que permiten su diferenciación, caso contrario, sólo a través de sus genes sería posible emparentarlas.

Entre las características más marcadas se puede ver que hay diferencias de coloración, si bien las dos especies presentan las bandas blancas en las patas, en el caso del Aaa se puede observar un color negro grisáceo, mientras que en el Aaf el negro es pleno. Por otro lado, en el Aaa se notan bandas blancas en el dorso, donde se insertan las alas, que forman la famosa lira (en alusión al instrumento de cuerdas) que según los especialistas, define a la especie; mientras que formosus no presenta esa lira sino que tiene una única banda blanca en el lomo y el resto del cuerpo es completamente negro oscuro.

Según María Victoria Micieli, del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (Cepave), se cree que los insectos de la subespecie formosus ingresaron a nuestro país en forma accidental vía comercio o migración pasiva, es decir, en contenedores traídos por barcos de carga.

Si bien los grupos de investigación continúan con los muestreos y trabajos en laboratorio, la existencia de esta subespecie es un hecho y se transforma así en otro alerta, puesto que se considera más invasiva y al igual que la especie urbana que ya conocemos, sería transmisora del dengue, la chikunguña, el zika y la fiebre amarilla.

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