Sin categoría
Ataque a las hermanas de Pozo Azul: luego de 75 días comenzarán las pruebas de ADN
El material probatorio será analizado en Buenos Aires. En Cámara Gesell, la mayor de las hermanas describió al atacante y coincide con Franco Sotelo. Más de 20 policías de la Zona Norte serán citados a declarar. El juez quiere saber porqué demoraron más de dos meses en juntar las pruebas y dárselas a la Justicia.
La investigación del ataque a las hermanas de 6 y 11 años de la localidad de Pozo Azul sumó un avance, al ser enviadas al laboratorio las pruebas recolectadas y puestas a resguardo, material genético que comenzará a analizarse pasados más de 75 días del hecho que incluyó el rapto, abuso sexual e intento de homicidio de la más pequeña.
Las pruebas científicas serán determinantes y la demora no perjudicaría la preservación de las muestras obtenidas, como el kit de abuso practicado a pequeña ultrajada, que se hizo en la localidad de Santiago de Liniers.
Sin embargo, el juez de San Vicente Gerardo Casco, buscará precisiones sobre el accionar de más de 20 policías que fueron parte de los distintos operativos en su jurisdicción, a los que citó a declarar la semana próxima. Una fuente consultada señaló que “el juez no descarta citar a oficiales de la Dirección de Investigaciones, de Posadas, donde reposaron varias de las pruebas”.
La demora en la recolección de las pruebas o el tiempo que se tomó la Policía en llevárselas a la Justicia, será otro ítem en la investigación, aunque todo terminaría si los resultados determinan la culpabilidad de Franco Emanuel Sotelo.
En un impulso por determinar si el único acusado fue el culpable, las niñas fueron sometidas a una entrevista en Cámara Gesell donde “la más grande describió al atacante y coincide con Sotelo”, según confió la misma fuente consultada, quien además describió la conducta de la hermana menor: “la más chiquita no habla del tema. Se angustia”.
Por alguna razón la investigación tuvo, desde el comienzo, distintas intensidades. Horas después de cometido el crimen los medios daban cuenta de la intensa búsqueda de un sospechoso al que la autoridades tenían plenamente identificado y rodeado en su casa. Pero un policía corrupto le avisó a Sotelo, quien entonces se dio a la fuga y comenzó una persecución que duró dos días, hasta que el operativo con más de 300 uniformados logró parar la huida.
Sotelo murió cuando lo chocó un camión durante la corrida en el escape de una patrulla del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) que lo seguía muy de cerca, sobre la autovía de la ruta 12, en Garupá. Pero en una segunda autopsia descubrieron que tenía una bala alojada en la espalda. Y para colmo, la bala no corresponde al calibre de un arma utilizada por la Policía de Misiones. Entonces, ¿quién le disparó? Un entramado cuyas respuestas serán responsabilidad del Juzgado de Instrucción 1, a cargo del juez Marcelo Cardozo.
Comentarios
comentarios