AMBIENTE
Transgénicos: plan de Nación amenaza la alianza con la Renovación
POSADAS. El plan nacional para convertir a Misiones en un polo de producción de transgénicos para abastecer al sur de Brasil, se transformó en una seria amenaza para la ya debilitada alianza del macrismo con el Frente Renovador de Misiones.
La idea de la Nación, que cobró fuerza en los últimos días, recalentó el verano misionero hasta niveles impredecibles por las posturas encontradas que plantearon funcionarios de uno y otro nivel, y de organizaciones sociales con fuerte ascendencia en la tierra colorada.
Por un lado se supo que la Nación proyecta bajar un proyecto que contempla la utilización de entre 250 mil y 300 mil hectáreas en Misiones para la producción de transgénicos, de la variedad que fuera, con el propósito destinarlo al mercado brasileño.
Ante el avance del plan, la primera que salió a criticar la iniciativa fue la secretaria-ministra de Agricultura Familiar, Marta Ferreira, quien la calificó como un atentado “contra las políticas provinciales para el sector establecido en las leyes de Agricultura Familiar y de fomento a la Producción Agroecológica”.
La funcionaria misionera dijo que desde el organismo a su cargo se seguirá “trabajando en los bancos de semilla, rescatando las variedades que están adaptadas a nuestra suelo y trabajando en el proceso de mejoramiento de las condiciones de producción y conservación de las mismas para garantizar la seguridad y la Soberanía Alimentaria”.
Por otra parte, un conjunto de organizaciones agrarias, políticas, ambientalistas, civiles y profesionales hicieron público un pronunciamiento en el que expresaron su oposición al proyecto macrista, con el título de “NO a las semillas transgénicas en la Capital Nacional de la Biodiversidad”.
En el escrito hicieron referencia a que la Secretaría de Agroindustria de la Nación y la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar) prevén producir en siete localidades de Misiones y otras de Corrientes, más de un millón de toneladas de maíz modificado genéticamente para exportar a Brasi.
Dicha iniciativa, a criterio de los denunciantes, representaría “la eliminación de la variedad de semillas criollas y de la soberanía alimentaria, daño directo a la economía del agricultor al crear dependencia, empobrecimiento de los suelos, eliminación de selva y contaminación por uso de agrotóxicos”.
El único que defendió el plan de producción de transgénicos fue el delegado de Agricultura Familiar de la Nación en Misiones, Jerónimo Lagier, quien expresó sorpresa por “la oposición (a los transgénicos), porque hace años se produce en Misiones”.
Añadió que actualmente “el productor misionero destruye el suelo. Hay un paquete tecnológico disponible para hacer sustentable la cosecha de maíz. Quien lo está haciendo le va bien, falta mercado. Vayan a Santa Catarina (Brasil) y vean el bienestar de esos productores”.
A modo de ejemplo, el funcionario nacional puntualizó que “uno de cada diez cerdos del mundo es de Brasil; cuatro de cada diez pollos del mundo es de Brasil. Acá tenemos capuera”, expresó al expresar su alineamiento con la iniciativa de la Nación, obviando las consecuencias medioambientales.
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