Los familiares de Ifrán no pudieron ver los restos ni la ropa que podrían identificarlo

POSADAS. Los familiares de Manuel Ifrán, desaparecido desde el 12 de abril del año pasado, todavía no pudieron acceder a los informes ni ver las prendas de los restos humanos que fueron hallados en un bañado hace casi un mes, “aumentando la desesperación y la incertidumbre”, dijo una de las hijas a LA VOZ DE MISIONES.

El hombre, de 71 años y afectado por Mal de Alzheimer, salió de su casa el día mencionado y hasta la actualidad no se volvieron a tener noticias de su paradero, aunque una investigación posterior llegó hasta una vivienda donde podría haber estado, todo ello abonado por el retorno al hogar de una perrita que lo acompañaba.

El hallazgo de restos humanos y de prendas de vestir en Cocomarola Este, zona ubicada al final de ésta avenida, en el sur de Posadas, reavivó las posibilidades de cerrar una agonía familiar, pero al parecer la burocracia judicial conspira contra este objetivo.

Los familiares de Ifrán albergan la esperanza de poder identificar algunos de los elementos encontrados en un bañado, junto a un esqueleto humano que dataría de más de un año en lugar, en caso de tratarse de Manuel, pero hasta el presente no lograron acceder a los elementos mencionados.

Graciela, una de las hijas, dijo que seguían con atención el caso pero “avanzamos muy de a poquito, como es nuestra justicia. Estamos haciendo lo imposible con notas, entre un juez y otro, porque nos tienen así”, ya que el hallazgo se registró en un turno que después alternan los jueces, en forma mensual.

“El hallazgo fue en el turno de un juez, a quien le corresponde transmitirnos las cosas. Ahora estamos presentando notas para ver si nos dejan reconocer las prendas que se encontraron, los restos, pero el ADN demora mucho tiempo”, dijo la mujer en tono de impotencia.

Añadió que “todo parece una ficción que se armó” en torno a la investigación por el destino de su padre, razón por la cual “estamos tratando de ver con gente que nos pueda dar una mano para agilizar los resultados, porque desde que hallaron esas cosas no nos dejan ver”, expresó

Posteriormente, Graciela remarcó con extrañeza el hecho de que “no nos podemos acercar, no nos dan ninguna pista de que si (los restos) son o no” de Manuel, su padre, y reiteró: “Solo queremos que nos dejen ver por lo menos las ropas para ver si eran las de él. Sacarnos las dudas de que sea o no”.

La familia, entre las idas y venidas judiciales, está “dependiendo de un juez y de otro, y estamos mal”, dijo la hija del desaparecido, y agregó que “basta con imaginarse que el ADN que nos mandaron a hacer a mí y a mi hermana, un hisopado para ver si coincide con esos restos, nos dicen que demora de dos meses a un año”.

En su desesperación, Graciela señaló que “la ropa podríamos haber visto el día que se encontró y hoy, a pesar del tiempo transcurrido, nos piden que presentemos notas.  Estamos desesperados; no tenemos apoyo de nada; es un jugar permanente con nuestros sentimientos porque estamos igual que al principio”, señaló.

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