PROVINCIALES
La beba de Candelaria habría sido entregada a cambio de una cama, cocina y promesa de una casa
POSADAS. Una cama y una cocina, y posiblemente un corte casa pero sin las instalaciones de agua, luz y sanitarios, habrían conformado un pacto para la entrega de una recién nacida que salió a la luz tras el arrepentimiento de una de las personas que intervinieron en el caso, en la localidad de Candelaria.
Los detalles del acuerdo quedaron registrados en un mensaje que texto que al parecer la madre biológica envió a otra persona, mientras era asistida en la casa de la mujer que después del nacimiento inscribiría a la criatura como propia, según se supo.
En el mensaje María, la madre biológica, relató con errores de ortografía: “cama y cocina, hasta ahí puede darme. Porque el trato era darle la criatura y yo desaparecía. Y como no tenés adónde irte, desués te vamos a hacer una casita, vos te arreglás con el agua, el baño y la luz, me dijo”.
Luego comentó en el escrito el otorgamiento de un turno médico, la existencia de restricciones para su salida, el alumbramiento inminente, amenazas de denuncia por estafa y el final del trato, que serían reveladores de la relación entre la parturienta y la destinataria del bebé.
El mensaje fue incorporado a la causa en la cual figura como detenidas María, además de Susana, una empleada municipal de Candelaria que pretendía quedarse con la recién nacida, y Patricia, una enfermera que certificó el nacimiento en una segunda instancia a los fines de su inscripción en el Registro Provincial de las Personas.
Hasta donde se sabe, la futura adoptante contactó a la embarazada y la asistió durante la mayor parte de la gestación, y al momento del alumbramiento las dos llegaron al Hospital Pediátrico y Neonatal de Posadas, donde se produjo el nacimiento de la niña el pasado 1 de julio.
Según se supo, la pequeña fue inscripta por la madre en la oficina del Registro que funciona en el nosocomio con el nombre de Milagros Ayelén. Sin embargo, días después Susana Acosta se presentó en la oficina del mismo organismo en Candelaria y cumplió el mismo trámite, pero con nombre como la madre.
Aunque no se determinó con precisión, para el segundo trámite Acosta contó con una certificación que habría sido expedida por la enfermera que sería de apellido Ramos, quien después intentó que se anulara la inscripción aduciendo errores de forma, lo que despertó las sospechas de los funcionarios.
Posteriormente se inició una investigación a cargo del juez de instrucción Ricardo Balor que dispuso la detención de las tres mujeres y la entrega en guarda de la recién nacida, en tanto se procura determinar si participó una médica.
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