PROVINCIALES
Es más rápido ir a Paraguay, pero el regreso sigue siendo una tortura en el Puente
La habilitación de las casillas nuevas del lado argentino, agilizó el cruce. Pero el regreso no varió. Las esperas son de una o dos horas sobre el puente por los controles. Se reavivó la fiebre de las compras.
POSADAS. La habilitación de catorce casillas en la cabecera argentina del Puente Internacional con Paraguay agilizó el paso hacia el vecino país, pero el regreso continúa siendo una tortura debido a la lentitud en los controles de Aduanas y Migraciones.
El panorama en cuestión quedó en evidencia desde el martes pasado, cuando se puso en marcha una parte del Centro de Frontera que además contempla otras doce casillas para el regreso, con lo cual hasta ahora solo se consiguió una solución a medias.
Por esa razón, ya no se forman las tradicionales filas de vehículos que se extendía hasta la altura de la avenida Tierra del Fuego, y a veces más allá, dado que la cantidad de controles en funcionamiento permiten que el trámite de identificación sea rápido.
Para tener una idea: anteriormente funcionaban unas ocho casillas y actualmente hay catorce, no obstante lo cual nadie puede pensar que al ingresar la zona estará totalmente vacía. Siempre habrá que esperar un poco.
Luego de trasponer el viaducto, al ingresar en territorio paraguayo se podrá observar que también se habilitaron nuevas casillas con una disposición de contenedores, enfrente del tradicional edificio que comparten Aduana, Migraciones y SENACSA.
Y ahí habrá que invertir algo de tiempo, especialmente cuando la fila permanente de autos que llegan de Posadas, coincide con el arribo de los ómnibus del servicio internacional y de larga distancia, circunstancia que podrá transformarse en un suplicio.
En el vecino país, el registro de visitantes se realiza en forma manual y está acompañada por la confección de “el papelito” que contiene la fecha, el número de documento del interesado y un sello, que fatalmente deberá exhibirse al abandonar tierras guaraníes.
“El papelito” bien podría declarar un conflicto internacional en caso que alguno de los visitantes lo extraviara, dado que es exigido con un celo extraordinario por parte de los funcionarios de Migraciones de Paraguay, caso contrario se debe abonar una multa importante.
Al regresar al territorio argentino, sea en autos particulares o en ómnibus, ya que si se habla de fines de semana se debe tener en cuenta que no funciona el servicio internacional por ferrocarril, se repite la tradicional odisea de la espera.
En ese lapso, cualquier observador podrá registrar las situaciones más insólitas en el tránsito sobre el Puente Internacional: desde el sobrepaso arriesgadísimo de los motociclistas hasta la imprevista circulación de una veintena de camiones al mismo tiempo, por la mano contraria.
Claro que los camiones van precedidos por una moto de gran cilindrada, luces de alerta encendidas y al mando de un efectivo de Gendarmería pertrechado para la situación. Aguantará la estructura? Es la primera pregunta que se hace el viajero.
Y siempre habrá particulares que con sus vehículos se adelanten a la fila, nadie sabe con qué privilegio, taxis que al parecer gozan de cierta impunidad y personas que bajan de los del colectivo para ingresar a pie a la zona aduanera, sin que las autoridades reacción.
Al llegar a zona edificada, los controles son los de siempre: pasar el DNI al personal de Migraciones y adelantarse hasta donde está los agentes de chaleco color negro con la leyenda ahuecada de AFIP. Para eso pueden haber transcurrido una, dos o dos horas y media.
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