Abuso y corrupción de menores: Confirmaron sentencia de 30 años para titular de hogar de niños

MONTECARLO. Raúl Omar Mudry de 62 años fue detenido en marzo de 2008 por abusar de menores. Recién en abril de 2011 fue condenado por siete casos de corrupción, manoseos y violaciones en el Hogar Tabita, predio del que era responsable en Montecarlo. Tras el rechazo a la casación, la defensa de Mudry puede recurrir a la Corte Suprema de Justicia.

El Superior Tribunal de Justicia de la Provincia rechazó el pedido de casación articulado por la defensa y confirmó la condena a 30 años que pesa sobre Raúl Omar Mudry, sentenciado por al menos siete casos de corrupción de menores y abusos en un hogar de niños de Montecarlo. El alto cuerpo local ratificó los fundamentos esgrimidos por el Tribunal Penal 1 de Eldorado el miércoles 13 de abril de 2011, cuando los magistrados Atilio León, Lyda Gallardo y María Ramos sentenciaron a Mudry por los delitos de “promoción a la corrupción de menores agravada por ser guardador, dos hechos; abuso sexual con acceso carnal agravado por su calidad de guardador, cuatro hechos; y abuso sexual simple agravado, todo en concurso real”.

Inclusive hasta en 2013 la propia Corte de Suprema de Justicia de la Nación rechazó por extemporáneo un pedido de casación solicitado por los defensores del imputado. No obstante, ahora los abogados pueden ahora volver a recurrir al máximo órgano judicial del país, en lo que sería una última posibilidad de revisión del fallo.

La investigación contra Mudry se inició por la denuncia de una trabajadora social, a principios de 2008, quien comenzó a indagar sobre el por qué de una serie de actitudes que había notado en menores en calidad de vulnerables que habían recibido un techo en el Hogar Tabita, en inmediaciones a la rotonda de acceso a Montecarlo.

Luego la investigación recayó en manos del magistrado Roberto Saldaña, al frente del Juzgado de Instrucción 1 de Eldorado, quien recolectó elementos suficientes para imputarle a Mudry cuatro violaciones, un episodio de manoseos y otros tantos de corrupción de menores. En 2011 la causa llegó a juicio. Durante el debate oral y público trascendieron los elementos en contra del imputado, entre ellos, los crudos relatos de las víctimas, quienes aseguraron haber recibido verdaderas golpizas por parte del acusado a cambio de que guardaran silencio.

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