Una docente denunció que en Cultura le mandan a limpiar baños o hacer de sereno

POSADAS. Una profesora de dibujo y curadora se encadenó en el Centro  Cultural “Vicente Cidade” en protesta por el hostigamiento que debe soportar de parte de los funcionarios que la mandan a limpiar baños o hacer de sereno, a pesar de que hace 30 años forma parte del plantel de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia.

La protagonista de la protesta es Norma Potschka, quien además dela recategorización pidió que cese el hostigamiento de los funcionarios en su contra, hecho que atribuyó a una denuncia que realizó en 2002 por la sustracción de obras de arte, según dijo al iniciar la protesta.

Potschka decidió hacer pública su situación el pasado sábado, en medio de un cuadro de impotencia porque hace 30 años revista en la categoría más baja y es objeto de todo tipo de persecuciones, como limpiar los baños o cumplir funciones de sereno.

En el lapso transcurrido, la falta de respuesta a los pedidos de recategorización y por malos tratos fueron desoído por al menos cuatro subsecretarios de Cultura de la Provincia a lo largo de 16 años, durante la gestión de la Renovación, como Isaac Sevi, Silvia Risko, Griselda Martínez y la actual Lucía Mikitiuk, y sus respectivos colaboradores.

En declaraciones al sitio Misiones Cuatro, la mujer recordó que en 2002 denunció el robo de tres obras de arte y “a partir de ahí viene mi traslado arbitrario cada dos meses, y me mandan a limpiar pisos y depósitos. Tengo la categoría 12 desde hace 30 años y no me reconocen el título profesional”.

Añadió que cuando a los funcionarios “les conviene, me mandan al interior como jurado o a dar talleres. Y después vuelvo a limpiar los baños o a estar de sereno, y me han robado tres veces. Tengo que estar solita y con el gas pimienta en la mano”, dijo.

Además de dar a conocer percibe un salario de 10 mil pesos, la docente señaló que ingresó a Cultura como profesora de dibujo artístico y en tareas de conservación de obras de arte del museo “Juan Yaparí”, pero el hostigamiento en su contra comenzó hace 16 años.

Atribuyó la persecución al hecho de haber denunciado el robo de “tres obras de arte de Berni, Areco y de Mané Bernardo. A partir de ahí me imponen un traslado compulsivo cada dos meses”, motivo por el cual a veces “trabajo viernes, sábado y domingo”, al sintetizar las peripecias que debe afrontar.

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