POSADAS
Mamá desesperada pide ayuda para su hija con cáncer porque el Estado la abandonó
La pequeña de 7 años lucha desde los 4 con un tipo de leucemia. Estuvo los últimos seis meses en Buenos Aires realizando un tratamiento que finalmente no funcionó. Necesita urgente una droga que vale unos $18 millones.
POSADAS. La pequeña Jade, de 7 años, lucha desde los 4 con una leucemia linfoblástica aguda y estuvo los últimos seis meses internada en el hospital Posadas de Buenos Aires. Junto a su madre, Laura Cabaña, y su padre, afrontó un tratamiento que finalmente no funcionó y que la dejó su cuerpo muy debilitado.
De esta forma, la nena fue derivada nuevamente a Misiones para seguir otro tratamiento. Para ello, necesita una droga llamada Blinatumomab, que cuesta en el mercado unos 18 millones de pesos y, estiman, funciona en el 90% de los casos.
Pero luego de la llegada de la familia a la tierra colorada, la niña no recibió ningún tipo de seguimiento. Ofuscada, la madre aseguró que los médicos en Misiones sólo se limitaron a pedirle “que le mande las fotos y la atenderemos vía WhatsApp”, dijo en diálogo con radio Libertad.
La desesperación de estos padres -quienes se desempeñan como vendedor ambulante y empleada doméstica y que quedaron sin ingresos por la cuarentena- pasa porque aún no tienen una respuesta clara de las autoridades y el tiempo se hace más corto para Jade, puesto que el hospital porteño decidió regresarlos a Misiones con derivación al Hospital de Pediatría, argumentando que el cuerpo de la niña estaba demasiado débil.
Una vez en la provincia, no recibieron la contención esperada y Jade se encuentra al momento sin observación alguna y sin ningún medicamento. Es por ello que Laura, la mamá, hace un llamado de solidaridad para que se pueda conseguir la medicina y que las autoridades provinciales y nacionales asuman ese gasto y le den a su niña la oportunidad de vivir.
“Necesitamos conseguir una droga nueva que solo 56 ampollas valen 18 millones de pesos. Cuando se le solicitó a las autoridades nacionales y provinciales, argumentaron que la cantidad era muy alta, por eso la oncóloga del hospital de Buenos Aires tuvo que reducir el pedido a 26, pero aún no recibimos el tratamiento que necesita mi hija”, dijo al portal Misiones Online.
El jueves de la semana pasada les avisaron que ya no había nada más que hacer: “Me dijeron que solo le quedan dos meses de vida o tres meses máximo”, dijo desesperada la mamá.
“Nos regresaron y nos dejaron a la deriva, pero mi hija no es un perro. Es muy dura la decisión que tomamos como padres, vamos a luchar para conseguir la droga para mi nena”, sostuvo la mujer.
Asimismo, cuestionó que, desde que llegaron a Misiones el viernes pasado, Jade no ha recibido ni medicinas, ni atención médica: “Voy a hacer lo imposible para que mi hija tenga un laboratorio para que le hagan transfusión de sangre y de plaquetas. Necesitamos que se le habiliten exámenes de laboratorio, pero ella no puede estar tampoco allá en el hospital por ser una paciente de alto riesgo. Nos pide que le mandemos fotos por WhatsApp, pero ella necesita un examen exhaustivo. Se supone que dentro de dos semanas deben hacer otra pulsión de médula, pero no le quiere hacer y se negaron a revisar a mi hija en mi casa”, denunció.
Laura sostuvo además un diálogo con la jefa del Servicio de Hemato-Oncología del hospital pediátrico de Posadas, Sandra Borchichi, quien le informó que iba a revisar a Jade por WhatsApp y que no le podían hacer el laboratorio porque tendría que permanecer en la parte de los infectados con coronavirus, pero incluirla en ese espacio pone en riesgo a la nena.
“Ni mi hija ni nosotros estamos infectados con Covid-19 y dicen que deberíamos estar en la zona Covid porque venimos de una ciudad con alto riesgo. Mi hija necesita transfusión, necesita hacerse los estudios y ver la evolución de sangre porque necesita una transfusión de médula. Según ellos, ya no se puede hacer nada, pero sé que con la droga podría haber esperanza para mi hija, siento que se traba todo”, lamentó.
La situación es compleja, porque no pueden llevarla al hospital, pero tampoco pueden atenderla en su casa. “Ellos no entienden que yo soy mamá. Entiendo que la ciencia dice que ya no hay nada que hacer, pero hay una última oportunidad para que mi hija se salve. No pedimos plata, solo pido por la salud de mi hija”, dijo.
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