POSADAS
La falta de agua genera bronca entre los vecinos y SAMSA no da soluciones
POSADAS. A pesar de la proliferación de reclamos de la población de Posadas y de Garupá por las deficiencias en la provisión de agua potable, la empresa SAMSA (o Servicios de Aguas de Misiones SA), mantiene un sospechoso silencio a pesar de ser blanco de los cuestionamientos.
El malestar más reciente se verificó en las zonas de Ñu Porá, en la chacra 145 y en el barrio conocido como Santa Cruz, donde el desabastecimiento es total desde hace varios días o bien con intermitencias que ponen en riesgo la salud de la comunidad.
Si bien las quejas se generalizan en estos días debido a las altas temperaturas, también contribuye para alentar la bronca el hecho de que en todos los casos las facturas se reciben con los montos de consumo normal, o bien mínimo, pero deben ser abonadas.
A ello se suma la detección de sectores de la ciudad, tanto en Posadas como en Garupá, de la salida de aire por las cañerías en los casos en que se restituye el servicio después de un corte, operación que pone en marcha el registro de consumo de los medidores.
Ante las dificultades que derivan de la falta del vital líquido, al parecer incomprensibles por parte de quienes tienen la responsabilidad del servicio, solamente se sabe de la atención a medias de parte del EPRAC (o Ente Provincial Regulador de Agua y Cloacas) y a veces del IMAS (o Instituto Misionero de Agua y Saneamiento).
En el grupo de voluntariosos también figura el defensor del Pueblo de Posadas, Alberto Penayo, y el secretario de Tierras y Agua de la Municipalidad de la ciudad, además de algún que otro legislador provincial, pero es notoria la ausencia de los concejales.
En ese contexto burocrático, los usuarios deben lidiar a diario con notas, escritos, intimaciones, pedido de inspección y toda cuanta medida esté contemplada para trabar los trámites, mientras la empresa SAMSA se mantiene en silencio como si nada tuviera que ver con el desastre ocasionado por de la falta de agua.
Pero llamativamente, al dar a conocer sus metas la empresa señala que “tiene como objetivo primordial una gestión eficiente, mediante inversiones en optimización y ampliación de los servicios en conjunto con la Provincia y la Nación, la incorporación de máquinas, equipos e instalaciones de primer nivel y el desarrollo de tecnología de avanzada para modernizar todo el sistema de gestión”.
Un precepto totalmente alejado de la realidad que va camino a cumplir 20 años de un servicio a todas luces deficiente, aunque todavía resta una década para cumplimentar el periodo total de concesión.
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