POSADAS
Con alegría y saludos, los mayores de 60 desafiaron al calor en la Costanera
Salieron por primera vez en más de dos meses de aislamiento por la pandemia de coronavirus. En Posadas, el paseo a la orillas del río Paraná fue habilitado entre las 13 y las 17. Hubo demostraciones de alegría y de satisfacción entre los caminantes.
POSADAS. Con una temperatura típica del verano, los mayores de 60 años tuvieron este miércoles su propia fiesta al apoderarse por algunas horas de distintos de la Costanera de Posadas, tras poco más de dos meses de encierro por la pandemia de coronavirus.
Dicen que fueron más de 1500 los valientes que se esparcieron entre las avenidas Mitre y Roca, como también entre Blas Parera y Chacabuco en cortas pero animadas caminatas en el momento del día en que el Sol no quiso estar ausente.
Fue la primera salida de esta franja de la población, la más expuesta a contraer la perniciosa enfermedad, tras un lapso en el que debieron recluirse por consejo de los especialistas y obligados a dejar de lado las más sensibles costumbres.
Nada más que cuatro horas fueron suficientes para recargar el ánimo que ya había empezado a decaer, aunque los preparativos comenzaron la noche anterior en cada casa que albergara a un mayor de 60 años o integrante del llamado grupo de riesgo.
Es que a poco de conocerse la autorización, en el atardecer del martes, el ámbito doméstico comenzó a revolucionarse entre la incredulidad y la satisfacción con el intercambio de precisiones, datos, horarios, lugares habilitados y, por supuesto, las invitaciones.
El mismo movimiento y los preparativos, según contaron familiares y allegados, se repitieron durante la mañana de este miércoles y fue mayor a medida que se acercaba la hora de la salida: las 13.
Y llegó el momento: zapatillas, ropa deportiva o colores variados, gorro, barbijo, botella con agua y algún frasquito con alcohol en gel. No hizo falta nada más para salir a la novedosa aventura o esperar al amigo, amiga, familiar, o bien refrescar el horario de encuentro.
El desfile de los sabios comenzó en los extremos, donde se impuso el saludo del codito, hasta que los grupos establecieron la distancia prudente y sus integrantes comenzaron a andar, como si fueran bandadas de adolescentes en días cercanos a la primavera.
No hizo falta más, con el transcurso de las horas se fueron renovando hasta que llegó el turno de los remolones, algunos de los cuales hasta se animó a ensayar un par de pasos de baile mientras miraba el Sol ya empezaba a ocultarse. Fue otro día que mereció ser vivido.
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