POSADAS
Adultos en la mira: municipales vendieron las rueditas para las “chanchas” a los chicos
POSADAS. La polémica por la sustracción de rueditas de los contenedores de basura, permitió conocer que estos elementos llegaron a manos de los estudiantes secundarios a través de empleados de la Municipalidad de Posadas, quienes los vendieron a un precio desconocido.
El incidente involucró a alumnos de al menos una decena de escuelas que se preparan para participar en los desfiles de la Estudiantina, tradicional convocatoria de los jóvenes posadeños que concentra el esfuerzo casi exclusivo de los protagonistas.
Los estudiantes fueron acusados de sustraer las ruedas de los basureros para armar las denominadas “chanchas”, con las cuales marcan el ritmo hasta el estruendo, facilitando el desplazamiento de los tambores de 200 litros, tanto en los ensayos como en las noches de desfile.
Por un lado, la Municipalidad prometió sanciones de diez de suspensión de los ensayos a los representantes de los colegios involucrados, al tiempo que se alzaron voces pidiendo sanciones más duras a los casi delincuentes que robaron las rueditas, como se escuchó.
Algunos directivos también se plegaron a la turba que a través de medios expresaron su oposición a la Estudiantina y, se ocuparon de criticar la actitud de los estudiantes; pidieron medidas ejemplares “para que no vuelva a ocurrir”.
La Asociación Posadeña de Estudiantes Secundarios (APES) y los dueños de la fiesta mantuvieron un prudente silencio, pero cuando los acusados se encaminaban hacia una nueva condena social, salió a relucir un dato que le dio claridad a cuestión.
Se supo que las rueditas habían sido vendidas a los estudiantes por empleados de la Municipalidad de Posadas, en una transacción a todas luces ilegal, pero donde la responsabilidad está claramente del lado de los adultos, funcionarios de un organismo del Estado.
Y cuando al parecer el conocido “caso de las rueditas” amenazó con otras derivaciones dentro del gobierno municipal, como el destino final de neumáticos, herramientas, repuestos y hasta combustible, además de otros enseres según el área, surgió un acuerdo, impulsado por los mayores, claro.
En un encuentro de funcionarios de la Municipalidad, de APES y representantes de los colegios a los que asisten los alumnos señalados, se firmó un acta por la devolución de la totalidad de las ruedas, que según los damnificados tienen un costo de 65 dólares, y el levantamiento de las sanciones.
El representante legal del Instituto Jesús Niño, Jorge Luengo, en soledad levantó la voz para expresarse contra la Municipalidad y sus funcionarios que “han bastardeado a los jóvenes” acusándolos por la sustracción de ruedas, cuando en realidad les fueron vendidas por un empleado municipal, en este caso hace dos años.
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