POLÍTICA
Una campaña corta, pobre, aburrida y con más proclamas que propuestas
Las redes sociales fueron el medio elegido por los políticos de Misiones. El despliegue fue impresionante, principalmente de la Renovación y del macrismo. No faltaron las ironías entre uno y otro. Hubo proselitismo del tradicional, pero poco y de bajo costo.
POSADAS. A las 8 de la mañana del viernes, los misioneros comenzarán la vigilia de 48 horas antes de emitir su voto, tras una campaña proselitista que recién logró despertar cierto interés entre los votantes en las dos últimas semanas.
Si bien las actividades partidarias comenzaron a principios de año, la confirmación de que Misiones se descolgaba del cronograma de la Nación, fue decisiva para que se acentuaran los alineamientos y las consecuentes candidaturas.
Después los plazos electorales fueron marcando el ritmo, hasta llegar a los umbrales de la contienda electoral tras una campaña que fue breve, lo que fue destacado no solamente por el ciudadano de a pie sino también por los propios candidatos y los dirigentes.
Podría decirse que la convocatoria a las urnas en términos bianuales ya se incorporó a la agenda de la comnunidad y solamente es capaz de producir sobresaltos cuando surgen cierta paridad de fuerzas o bien cuando los nombres en danza resultan más que seductores.
La captación de prosélitos también se caracterizó por la reducida inversión que hicieron los partidos, dato que en cualquier pizarra ubica al oficialista Frente Renovador a la cabeza, seguido por la alianza Juntos por el Cambio, el Frente Popular Agrario y Social y el Partido Obrero. Los dos últimos, bien lejos.
A esta altura se desconoce la suma de dinero que pudo haber destinado cada fuerza política, y por esta razón la conjetura resulta de constatar la publicidad en los medios de comunicación, la contratación en las redes sociales, la cartelería callejera y la folletería que cada uno utilizó.
Fue impresionante el despliegue de los principales partidos en las redes donde se pudieron ver desde publicidad instantánea y permanente; vídeos con mensajes de los candidatos y hasta producciones de tono irónico del lado de la Renovación y del macrismo, principalmente.
En el lapso mencionado no se registraron hechos que alteraran las tareas típicas de una campaña electoral, excepto las denuncias sobre roturas de carteles o las rivalidades entre sectores por las calles, al momento en que realizaban pegatinas.
Pero lo más llamativo fue, sin duda, la ausencia de propuestas que pudieran sacudir al elector e influir sobre su decisión ciudadana, ya que los candidatos a los principales cargos se limitaron citar generalidades o bienproclamas ya conocidas para ensayar alguna estrategia de seducción.
Del lado de la Renovación, los ejes se centraron en la consolidación de las gestiones que llevan adelante desde hace casi dos décadas al frente de la administración de la Provincia. Tal vez la recategorización de las áreas de Cultura y de lucha contra las drogas, sean las de mayor peso.
Por el lado de los ex Cambiemos, se descolgaron en el último tramo con la idea eliminar la llamada “aduana interna” de Rentas en el acceso a Misiones y la intervención de la empresa de energía EMSA. Hasta ahí, sin mayores críticas al oficialismo, y cuidando la relación.
El FPAyS que arrancó avasallante, se fue apagando con el transcurso de los días, recluyéndose en sus territorios propios del Alto Uruguay misionero donde aspiran a dar alguna que otra sorpresa en los municipios, pero ya con escasas expectativas de pelear la Gobernación.
Bien de atrás, el Partido Obrero aspira a ampliar su base de votantes a partir del protagonismo alcanzado en las acciones callejeras a favor del aborto, contra el aumento de las tarifas y otras cuestiones sensibles, acompañado por organizaciones sociales que tienen una importante maquinaria para movilizar.
El panorama entonces, se circunscribe a los municipios donde, Ley de Lemas y Sublemas mediante, se dirimirán no solamente las cuestiones partidarias, sino también en casos las de tipo familiar o amistosa, con poco o escaso arraigo en la puja que reina en la Nación desde hace tiempo.
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