POLICIALES
Misionero asesinado en Recoleta, ¿vendía droga para volver a Eldorado?
Encontraron asesinado de tres puñaladas, desnudo y envuelto en una cortina de baño a un joven misionero en el barrio porteño de Recoleta.
Los peritos establecieron que la víctima fue Gustavo Benítez, un eldoradense de 25 años que era buscado por sus familiares desde el martes, cuando dejó de responder los mensajes de WhatsApp.
La Policía detuvo a un chileno de 42 años, identificado como Pablo Machado Kuschel, quien vivía en el primero piso del edificio donde se concretó el homicidio y que tras el ataque mortal quemó y se deshizo de varias prendas de la víctima.
El asesinato del misionero se produjo en un edificio ubicado sobre la calle Guido al 1928. Mediante las huellas digitales que los peritos tomaron del cadáver luego de la autopsia, y que fueron cotejadas con la base de datos del Sistema Federal de Identificación Biométrica para la Seguridad (Sibios), se pudo determinar el nombre del fallecido.
El crimen fue descubierto cuando el encargado del edificio realizaba tareas de limpieza. Al llegar a las escaleras del cuarto piso, que llevan a la terraza, encontró a un hombre muerto, desnudo y envuelto en una cortina de baño que, a simple vista, presentaba manchas de sangre en la espalda, según informó El Territorio.
Al respecto, un pesquisa que interviene en el caso comentó que “estamos tratando de determinar cómo se conocieron. Ya sabemos que el detenido pactaba encuentros a través de varias redes sociales y aplicaciones”.
En base a los primeros elementos de prueba que se fueron incorporando a la causa, la fiscal y la policía comenzaron a entrevistarse con habitantes del edificio para intentar determinar en qué departamento podría haber ocurrido el crimen y todos los testimonios apuntaron como sospechoso al ciudadano chileno.
¿Delivery de drogas?
El crimen del misionero estaría vinculado a la distribución de drogas. En ese sentido, una cuñada de la víctima, que vive en Ezeiza, contó: “Mi esposo estaba al tanto de lo que estaba haciendo su hermano. Incluso le dijo que tuviera cuidado porque era muy peligroso, pero Gustavo le dijo que no tenía otra opción porque había perdido su trabajo en un maxikiosco y necesitaba dinero para enviar a Eldorado para los dos hijos que tenía”.
Bruno, otro hermano, que vive en Eldorado, se apartó de esa versión y contó: “Él estaba por venir, estaba reuniendo el dinero para viajar y hacerse el test del coronavirus. Quería reencontrarse con sus hijos de 3 y 6 años. Recientemente Gustavo quedó sin trabajo en un maxikiosco y se dedicaba al delivery, nosotros creemos que de alimentos, era un trabajo informal”.
“Mientras no las diga la policía, no tienen validez. Nos llegó esa versión, los medios de Buenos Aires pueden decir lo que quieran, pero eso lo tiene que confirmar la policía, tiene que salir de ellos. Están investigando. Desde la familia nunca dijimos eso”, relató a Primera Edición.
Los narcos que supuestamente proveían la droga a Gustavo para realizar el delivery no fueron localizados, aunque los investigadores ya tendrían sus identidades.
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