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Según la pericia psiquiátrica, Nahir Galarza tiene signos de haber sido violada
Así lo aseguró una perito psicológica de la defensa, quien dijo que la imputada tiene problemas para manifestar sus emociones y para relacionarse con otros. Una pericia psiquiátrica ordenada por la defensa asegura que Nahir Galarza fue víctima de abusos, represión por parte de sus padres y que tenía dificultades para relacionarse y tener relaciones sanas. Así lo concluye la licenciada Alicia Paday quien le hizo cuatro estudios a la acusada de asesinar a Fernando Pastorizzo por pedido del abogado José Ostolaza.
Uno de los exámenes se llama “El hombre bajo la lluvia”, donde Galarza dibujó la figura con trazo suave y sobre el centro de la hoja, muy distinto al que hacen quienes cuentan con una conducta criminal. De acuerdo con Paday, la joven demuestra una personalidad con falta de energía y susceptible a recibir violencia de terceros. No podría manifestar conductas agresivas y sería incapaz de demostrar sus emociones. También se le hizo el test de Millon, que consiste en unas 600 preguntas que se responden con verdadero o falso. Se trata de una interpretación de datos cualitativos que luego se vuelcan en un programa que arroja un resultado.
La psicóloga declaró durante la sexta audiencia por el juicio que la imputada le reveló que Pastorizzo ejercía una violencia psicológica e incluso alentaba a otros a la descalificación verbal. “Existe un vínculo patológico y tiene todas las características de una víctima de violencia de género”, agregó. También presenta indicadores de haber sido abusada sexualmente, y que a raíz de todo lo sucedido en su vida no puede confiar y se pone a la defensiva todo el tiempo. “La baja tolerancia a la frustración es porque no tolera sufrir más”, comentó Paday.
Según la especialista, la personalidad de Nahir presenta trastornos graves, con una conducta desganada, fría, distante y excéntrica. La psicóloga reveló que las personas “tenemos un dispositivo que permite defendernos de la angustia” y que si la aflicción se prolonga en el tiempo “el caparazón es cada vez más duro”. También presenta una conducta compulsiva que se demuestra en “la necesidad continua de la imputada de mostrarse perfecta hacia el otro, buena, pulcra”. También se expresa mucha represión parental y conductas que muestran un trastorno en su personalidad.
Además, Galarza muestra rasgos de personalidad esquizotípica, un padecimiento mental por el cual una persona tiene dificultad con las relaciones interpersonales y alteraciones en los patrones de pensamiento, apariencia y comportamiento. Por eso tendría una incapacidad a construir una relación sana con el otro. La joven presenta mecanismos disociativos, breves y esporádicos brotes psicóticos; y que los mecanismos de defensa que presentan se deben al deterioro de su personalidad porque “debe haber sufrido muchos hechos traumáticos”.
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