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La inflación de julio llegó a 3,1% y el FMI comenzó a presionar al Gobierno con el pacto
BUENOS AIRES (Agencias). La inflación en julio pasado alcanzó el 3,1 por ciento, de acuerdo con datos del INDEC, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) comenzó a presionar al gobierno de Mauricio Macri con las imposiciones acordadas.
Con la tendencia que no cede, el aumento de los precios sigue acercándose riesgosamente al punto de consulta obligada con la Junta Ejecutiva del organismo de crédito, ya que se avanza hacia la banda límite superior del 32 por ciento para inflación anualizada.
De acuerdo con las estadísticas, con el 3,1 por ciento de julio, la inflación acumulada en lo que va del año fue 19,6 por ciento, y en términos interanuales el aumento de precios ya es de 31,2 por ciento, lo que impondría la consulta mencionada.
En dicha reunión, según el acuerdo del Gobierno con el FMI, el equipo económico deberá presentar “su propuesta de respuesta de política antes de que los próximos desembolsos trimestrales del acuerdo estén disponibles”, de acuerdo al Memorándum de Políticas Económicas y Financieras (MPEF) presentado al Fondo.
Para julio, las expectativas privadas rondaban el 3 por ciento, y (al igual que para junio), el dato oficial ligeramente superó las proyecciones de las consultoras. En ese entonces, el 3,7 por ciento de aumento era la mayor suba del año.
En ese segmento analítico, julio marca el último mes donde se vería una importante transferencia a precios de las fluctuaciones cambiarias que se experimentaron en abril y mayo. La cifra para el séptimo mes del año también cuenta con el beneficio de haber sido estable en materia cambiaria.
Sin embargo, esas estimaciones no contemplaban el segundo salto cambiario que actualmente se está experimentando en las primeras semanas de agosto, que llevó al dólar a valores cercanos al récord histórico.
Según el INDEC, Trasporte (5,2%), Recreación y cultura (5,1%) y Equipamiento y mantenimiento del hogar (4,2%) fueron los rubros que reflejaron las mayores subas.
Pero los privados esperaban que los procesos de ajuste más fuertes se vieran en alimentos y bebidas debido al efecto arrastre de devaluación del tipo de cambio y el impacto en los costos como el incremento en combustibles, energía, además de que la estacionalidad de las vacaciones de invierno influenciaría en el segmento de esparcimiento.
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