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Jaqueado por la Justicia, Brito dejó el grupo Macro pero puso a su cuñado y a dos hijos
BUENOS AIRES. El histórico presidente del Banco Macro, Jorge Horacio Brito, decidió alejarse de su cargo hace pocos días, jaqueado por la investigación judicial del llamado “caso Ciccone”, aunque antes nombró a su cuñado en su lugar y a dos de sus hijos como directores.
La salida de Brito se concretó horas después que la Oficina Anticorrupción pidiera su procesamiento, como también los del exAFIP, Ricardo Echegaray; la extitular de la Casa de la Moneda, la posadeña Katya Daura, además de otras cuatro personas que fueron involucradas por el arrepentido Alejandro Vandenbroele.
Los mencionados, con el expresidente de la Nación Amado Boudou, son investigados por el juez Ariel Lijo acerca de la ruta que siguió el dinero para la adquisición de “Calcográfica Ciccone”, una firma inactiva por una millonaria deuda con la AFIP pero que poseía los bienes necesarios para la impresión de billetes oficiales.
A raíz del avance del trámite judicial y del grado de involucramiento de Brito, se verificó un derrumbe del 14 por ciento en el valor de sus acciones del Banco Macro, lo que habría sido un hecho determinante para que éste diera un paso al costado, según fuentes cercanas a las operaciones bancarias del país.
La presidencia del grupo quedó en manos de Ezequiel Carballo, cuñado del saliente, que venía desempeñándose como vicepresidente, en tanto que Jorge Pablo Brito, hijo, pasará al lugar que dejó su tío. En el reacomodamiento, Guillermo Stanley retorna como director y se suma Constanza Brito.
El banquero estuvo 30 años al frente de la entidad, pero su salida se manejó dentro de las formalidades societarias, sin estridencias, ya que su mandato había llegado al final y decidió no postularse para un nuevo periodo como lo venía haciendo desde 1988.
No obstante, Brito instruyó a la asamblea de accionistas que para Carballo fuera su reemplazante y que su hijo Pablo pasara a la vicepresidencia, como también que Stanley, padre de la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina, regresara al directorio. A ellos se sumó Constanza.
Varios medios nacionales, citando fuentes del grupo, señalaron que “hasta que se aclare la situación, no seguirá en el banco, pero cuando esto se termine (Brito) puede pedir una asamblea para volver a postularse” al frente del Macro, a dos años de haber dejado también ADEBA.
De acuerdo con los antecedentes del “caso Ciccone”, se supo que tras la muerte de Kirchner en 2010, Boudou acudió a Brito para lograr una de las últimas voluntades del expresidente: la compra de Ciccone Calcográfica, que adeudaba 200 millones de pesos a la AFIP.
El funcionario puso a cargo de las negociaciones a dos amigos de la infancia, Miguel Ángel Núñez Carmona y Alejandro Vandenbroele, quien figuraba como presidente de The Old Fund, la compañía creada para concretar la compra. Por aquel entonces Brito prestó 567.000 pesos a Vandenbroele y 30.000 a The Old Fund para facilitar esa operatoria.
La investigación judicial de Ciccone que lleva adelante actualmente el juez Lijo conllevó a un pedido de indagatoria contra Brito, implicado por el arrepentido Vandenbroele, en un tramo de su vida empresaria en que se siente abandonado por los favores de la política que gozó desde que compró el Banco Macro, en 1985.
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