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En un año el macrismo generó 2,2 millones de nuevos pobres y ya suman 13,6 millones
BUENOS AIRES (agencias y diarios). En el último año, el gobierno de Mauricio Macri mandó a la pobreza a 2,2millones de personas que pasaron a conformar una franja de 13,6 millones de argentinos, según el último relevamiento de la Universidad Católica Argentina (UCA).
El dato de la UCA, que durante la gestión del kirchnerismo era tomado por la oposición como palabra santa debido a la desconfianza en los números oficiales, reflejó con crudeza el impacto de la crisis que se desató con la devaluación de la moneda.
De acuerdo al índice divulgado hoy, la pobreza subió al 33,6 por en lo que constituye el mayor valor en una década, ya que pegó un fuerte salto desde el 28,2 por ciento de hace un año, incorporando a 2,2 millones de nuevos pobres para englobar a 13,6 millones de personas.
Con las cifras globales mencionadas, se rompió la tendencia a la baja transcurrida durante el 2017, donde en un año de relativo crecimiento de la actividad económica, había caído más de 4 puntos, según las publicaciones especializadas.
La situación descrita profundiza el fenómeno ya observado por el INDEC, que informó un alza de 1,6 puntos durante el primer semestre del año, que sin dudas se acercará a lo recientemente publicado por la UCA en la medición del segundo semestre.
Teniendo en cuenta que la Universidad privada hizo la medición durante el tercer trimestre del año, el dato del INDEC podría ser incluso más alto y llegar al 35 por ciento, pero de acuerdo a los especialistas, el pico del desempleo y la recesión se vería en los últimos meses de este año. Por lo tanto, la medición de la UCA no llegó a mnitorear los efectos de la crisis en su totalidad.
“El nuevo escenario ha tenido efecto sobre los ingresos reales de los que disponen los hogares por un deterioro del poder adquisitivo de los salarios, de los haberes jubilatorios y de las prestaciones sociales”, indica el estudio de la UCA.
Por el lado de la indigencia, el estudio marca que no tuvo la misma elasticidad frente a los abruptos cambios del escenario macroeconómico por “la existencia de fuentes no laborales de ingreso por parte de los hogares que amortiguan el impacto del deterioro distributivo”.
Esto se produce a partir de que “casi el 40 por ciento de la población urbana percibe algún tipo de programa social”. No obstante, la UCA muestra un alza significativa de la inseguridad alimentaria que llegó a afectar al 7,9 por ciento de la población.
En consecuencia, la indigencia pasó del 5,7 por ciento al 6,1 por ciento, con especial afección en el conurbano bonaerense (10,4 por ciento) y en los niños y adolescentes (10,9 por ciento), siendo la tasa más alta de toda la serie histórica de la universidad.
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