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En el primer día del juicio, la joven Nahir Galarza se quebró en llanto
La joven estuvo tranquila durante casi toda la audiencia. Pero se quebró al escuchar lo que ella misma contó de la madrugada fatal.
Nahir Galarza estuvo tranquila durante casi toda la primera audiencia del juicio en el que la acusan del crimen de Fernando Pastorizzo, su novio de 20 años. Pero se quebró en un momento: al escuchar el relato que ella misma hizo de la madrugada fatal del 29 de diciembre de 2017.
La joven llegó temprano este lunes por la mañana a los Tribunales de Gualeguaychú, escoltada por cuatro policías, que la metieron casi abrazada dentro de la Alcaidía. Vestida de pantalón y saco negro, y camisa blanca, se sentó en el banquillo de los acusados más de cinco meses después de que Pastorizzo apareciera muerto con dos disparos en plena calle en esa ciudad entrerriana.
A la joven se la vio tranquila durante casi toda la audiencia. Por momentos, esbozó una sonrisa. Se tocaba permanentemente su largo y lacio pelo rubio, que llevó suelto como siempre que se presentó ante la Justicia. Con el cabello intentaba taparse la cara, para que no la vieran los periodistas que estaban ubicados enfrente a ella en la sala.
La chica tuvo que responder varias preguntas sobre sus datos filiatorios: nombre, edad, si estudia, que carrera cursa. Contestó a todo que sí, y amplió que está en primera año de abogacía. Sólo dudó cuando le preguntaron si estaba soltera: tardó unos segundos más en contestar afirmativamente.
Luego pasaron a la lectura de la imputación. Se leyeron las dos declaraciones que hizo Nahir: la primera, reconociendo que ella había matado a Pastorizzo, y la segunda, en la que pidió ampliar su declaración. Ahí, cuando desde el Tribunal se procedía a la lectura de ese relato, Nahir se quebró. No se la vio llorar, pero sí en la sala se oyeron claramente sus sollozos. Y la mujer policía que estaba ubicada detrás de ella le acercó un pañuelo para que se secara las lágrimas.
Lo que la quebró fue el detalle de qué pasó entre ella y Fernando el 29 de diciembre. En su segunda declaración, la joven contó que Pastorizzo la había desbloqueado del WhatsApp. Fueron a la casa de los Galarza y allí tuvieron relaciones sexuales, pero luego el joven la trató de “zorra” y “puta” y le recriminó tener “relaciones con otros pibes”.
Al bajar las escaleras, desde la planta alta de la casa, y siempre según el relato de Nahir, Fernando la tiró, la agarró del pelo y la golpeó. El joven tomó el arma del padre de Nahir, policía, que estaba arriba de la heladera. “Mirá el fierro que tiene tu viejo”, le dijo. Ella le pidió que la dejara donde estaba, pero Pastorizzo se la metió en el bolsillo. Ese arma sería la que lo terminaría matando.
La pareja salió y se subieron a la moto de Fernando. “El empezó a ir a gran velocidad, me dio miedo”, contó Nahir. Y aseguró que al doblar en una esquina, la moto tambaleó y ella le sacó el arma. Entonces, dice, se le disparó por accidente. La chica afirmó que “quedé como boba” por el ruido y se agachó a ver cómo estaba su novio. Allí, afirma, volvió a dispararse el arma por accidente. Aturdida por lo que sucedió, cuenta, se fue a su casa. Luego de escuchar nuevamente su propio testimonio, Nahir tuvo la posibilidad de declarar, pero se negó a hacerlo. El Tribunal decidió entonces pasar a un cuarto intermedio. La chica salió de la sala y volvió a la Alcaidía, a la espera de que se retome la audiencia.
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