NACIONALES
Coronavirus: el gobierno olvida a los trabajadores informales
Para afrontar la crisis dada por el coronavirus el gobierno misionero hace unos días dio a conocer una licencia de catorce días para aquellos trabajadores estatales que hayan tenido contacto con alguna persona infectada o estèn dentro del grupo de riesgo, que también rige para trabajadores públicos y privados con relación de dependencia, la medida excluye a los trabajadores en negro y a los monotributistas, como si fueran marginales de la sociedad.
BUENOS AIRES Y MISIONES. Un pequeño gesto que da a conocer la gran brecha entre los trabajadores en negro y en blanco, y el favoritismo del gobierno misionero, poniendo en descuido a una gran parte de la población (trabajadores no registrados) exponiendolos a un contagio masivo por su condición económica.
En un contexto más nacional según un informe de la IDESA (El Instituto para el Desarrollo Social Argentino), Argentina, ante el riesgo de la expansión, propone ir en la misma dirección que China, conocido por cesar el avance del virus adoptando un paro de actividades económicas y sociales y el encerramiento compulsivo de la población en sus domicilios.
Dicha medida deja expuesto al virus al 45% de las familias que por tener un trabajo informal, quedan fuera del paraguas de protección otorgado tanto por el gobierno provincial como nacional.
Lo que supondría un colapso económico para estas familias, las cuales en sí componen una parte de la economía del país, al ser consumistas, conformar casi la mitad de la población y al estar ligados de alguna forma a pequeñas empresas.
IDESA se preguntó cuál puede ser el resultado de paralizar la actividad económica a los fines de recluir a la población: sobre el tema, la empresa consideró que sirve mirar las vías por las que provienen los ingresos laborales de los hogares en la Argentina.
Según los datos de la encuesta de hogares del INDEC se observa que el 55% de los hogares tiene como jefe a un empleado en relación de dependencia registrado; el 22% de los hogares tiene como jefe a un asalariado no registrado; el 23% de los hogares tiene como jefe a un cuentapropista.
“Estos datos muestran que sólo la mitad de las familias tiene como jefe de hogar a alguien que trabaja en relación de dependencia registrado. En estos casos la reclusión tiene viabilidad en la medida que el empleador continúe pagando los salarios”, alertó el informe. Además, evaluó que, para ello, como ocurre en los países desarrollados, el Estado debería contemplar subsidios, especialmente para las empresas más pequeñas.
“Pero la otra mitad de los hogares viven del trabajo en la informalidad y/o el empleo por su cuenta con lo cual recluirse en su hogar implica cesar de tener ingresos”, señaló IDESA.
En ese sentido, sostuvo que hay un agravante: muchos de esos hogares son pobres, “de manera que la falta de ingresos, sea por reclusión o por caída de la actividad económica, les hará de manera casi inmediata más daño a la salud que el coronavirus”.
Para la consultora, “en los países desarrollados un confinamiento acotado en tiempo y espacio es posible porque tienen espacio fiscal para subsidiar a las empresas y las familias viven del ingreso formal”.
“Pero en la Argentina, con un sector público quebrado y la mayoría de las familias, sobre todo las más vulnerables, viviendo de la informalidad el remedio será peor que la enfermedad. Por eso, es recomendable agudizar la creatividad para adoptar medidas preventivas alternativas que produzcan menos daño social”, concluyó.
Para prevenir un contagio de más del 45% de la población el Gobierno Nacional como los provinciales tendrán que tomar medidas para ayudar a los trabajadores informales, un tema difícil de estudiar pero sin un tratamiento especial afectará gravemente a la economía y podría causar una gran cantidad de muertes.
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