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Comenzó como una protesta rural y terminó siendo una muestra de la pobreza en Buenos Aires
Los productores de peras y manzanas estan en una situación crítica, como la mayoría de las economías regionales. Acorralados por una crisis agravada por varias de las medidas económicas tomadas por el Gobierno de Mauricio Macri decidieron hacer una novedosa protesta: regalar 10.000 kg de fruta para llamar la atención de las autoridades.
Con lo que no contaron los ruralistas, fue la situación social de la ciudad de Buenos Aires, la cual ayer en plena Plaza de Mayo expontáneamente mostró su rostro más cruel, el de la miseria.
Pujas y peleas por una manzana o una pera y hasta escenas de llanto porque algunas personas habían caminado largas distancias al enterarse de la protesta y se encontraron con que el stock traído por los productores había terminado, fueron la triste postal de lo que originalmente estaba pensada como una jornada de protesta rural.
Más allá de esto los productores primarios que hicieron la protesta, sufren precios por debajo de los costos de producción mientras que en góndola los precios son entre un 850% y 1000% más que lo que le pagan a los productores en sus chacras. Una situación casi calcada a la que sufren nuestros yerbateros.
El levantamiento de las protecciones comerciales y el levantamiento de las restricciones de importar provoca además una invasión de frutas de otros lugares del mundo como España, Israel, Brasil o Chile, que agrava mucho más la crisis de estos pequeños productores fruortícolas.
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