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Ahora todos los argentinos son donantes de órganos, salvo si hubo oposición en vida
BUENOS AIRES (Agencias). La Cámara de Diputados sancionó por unanimidad el proyecto de la denominada “ley Justina”, partir de la cual todas las personas son donantes de órganos, salvo que hubieran expresado su voluntad contraria, una vez que el Poder Ejecutivo Nacional la reglamente.
La ley fue sancionada en Diputados por 202 votos a favor, sin abstenciones, dándose curso al proyecto del senador Juan Carlos Marino que ya había sido aprobado en el Senado por unanimidad el 30 de mayo. En la Cámara baja no hubo discusión y la iniciativa se votó con pleno consenso.
La norma adoptó el nombre de Justina Lo Cane, la nena de 12 años que falleció el año pasado por no recibir un trasplante de corazón a tiempo. Como pasó en el Senado, los padres de Justina, Ezequiel y Paola, también sus hermanos y abuelos, siguieron todas las alternativas, presentes en el recinto -junto al senador Marino-, con profunda emoción.
La nueva ley regula las actividades vinculadas a la obtención y utilización de órganos, tejidos y células de origen humano en la Argentina. Prevé que los establecimientos de salud habilitados para hacer trasplantes cuenten con servicios destinados a la donación, que permitirán detectar, evaluar y tratar al donante.
Hay unas 10.500 personas en la Argentina que esperan por un trasplante, se destacó durante el debate. Y sólo donan hasta ahora, 13 personas por cada millón de habitantes.
La ley, que modifica la normativa anterior, establece la donación cruzada en el caso de trasplante de riñón (con donante vivo). También explicita que podrá realizarse la ablación de órganos y/o tejidos, a toda persona capaz mayor de 18 años, que no haya dejado constancia expresa de oposición a que después de su muerte se realice la extracción de los mismos.
Los discursos fueron emotivos en el recinto y afloraron incluso situaciones personales como la del diputado peronista salteño, Pablo Kosiner. “A veces en política no es recomendable autorreferenciarse. Pero en este caso es para esclarecer. Los que hemos perdido un hijo solemos hablar en presente, esta ley podría denominarse también ley Juan Pablo, perdí a Juan Pablo en 2011 esperando en el Hospital Italiano un trasplante. Nunca imaginé que las circunstancias de la vida me iban a llevar a esta situación. El desafío de esta ley es la presunción de donación. Podría estar ahí -señaló Kosiner al palco- y compartir asiento con Graciela, mi mujer, junto a Paola y Ezequiel”, les habló a los padres de Justina. Juan Pablo Kosiner tenía 16 años cuando falleció.
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