JUDICIALES
Por la “indiferencia” del padre, niño de 11 años cambió su apellido
El menor tiene 11 años, sentía que su padre no lo quería y por eso pidió cambiarse el apellido.
CHUBUT. Una jueza de familia escuchó el pedido del nene de 11 años de Esquel, quien de ahora en más llevará el apellido de la madre. El progenitor deberá seguir aportando la cuota alimentaria.
Un niño de 11 años -cuya identidad no trascendió- pidió no llevar más el apellido de su padre por “el total desinterés afectivo de su progenitor”. Fue representado por su madre ante la Justicia y la jueza de familia Mariela González falló a su favor.
La Justicia valoró varios factores para llegar a esta decisión. El niño de Chubut manifestó no sentirse identificado con el apellido paterno, “a pesar de saber bien quién es su padre”. A su vez, el informe de la psicóloga constató que “evidencia un sentimiento de no correspondencia de amor por parte del progenitor, que impacta en su bienestar psicoemocional”. La jueza explicó que para la ley, el nombre de una persona “es un derecho y un deber”.
De todas maneras, como lo marca la ley, el padre deberá continuar con el cumplimiento de la cuota alimentaria. La medida fue dispuesta por la jueza “en una sentencia que destaca y ejecuta el derecho del niño a ser oído”, señala el informe de diario Jornada.
Padre distante
La madre del niño explicó que desde el nacimiento, el progenitor se mostró distante. En 2010 se fueron a vivir juntos los tres para formar una familia. “Duró pocos meses por desavenencias e incompatibilidades que los distanciaron cada vez más sin poder hacer frente a esos problemas” según publicó Infobae.
El hombre no volvió a tener contacto con su hijo pese a que acordaron un régimen de comunicación y alimentos. “Lo acordado respecto de la participación activa en la vida del nene nunca surgió efecto, el progenitor no mostró predisposición para verlo ni involucrarse como padre, manifestando total desinterés a mantener algún tipo de comunicación o relación afectiva”, indicaron. La familia del padre tampoco mantuvo contacto.
La defensa del progenitor
El hombre advirtió que no es “un padre abandónico”, sino uno preocupado por no poder vincularse con su hijo. Por su parte, la jueza destacó el pedido del menor: “La decisión personalísima fue adoptada por el chico, sin influencias directas de ningún referente afectivo. Es producto de un dolor intenso provocado tal vez no intencionalmente, pero sí como consecuencia de omisiones o impedimentos subjetivos del adulto”.
La resolución del caso “implica respetar un derecho humano fundamental”, agregó la jueza. A su vez, ejecuta “el derecho del niño a ser oído”.
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