JUDICIALES
Fiscal archivó una causa por abuso contra un sacerdote de Río Cuarto
La medida se efectivizó a pesar de los contundentes resultados de un estudio psiquiátrico realizado al religioso, que revela su peligrosidad.
CÓRDOBA. Se trata de la denuncia presentada por “el chico del campanario”, un empleado de mantenimiento que en el 2012 expresó haber sido drogado y violado por un sacerdote. Los resultados de la pericia psicológica fueron desfavorables al religioso, pero el fiscal opinó que hay una “duda”.
El fiscal de esa jurisdicción, Pedro Matías Guerra, acaba de mandar a archivo el expediente contra C.G.A., el sacerdote que actualmente está asignado por el Obispado a la Parroquia San Pantaleón de Río Cuarto (Córdoba) y que, en el año 2012 se desempeñaba en la Parroquia San Roque de Corral de Bustos.
“Este Ministerio Público no pone en tela de juicio la versión suministrada por la supuesta víctima – sostuvo el fiscal Guerra- pero a los fines de analizar su eficacia o valor convictivo de los relatos debe tenerse presente la necesidad de que la prueba testimonial sea rigurosamente analizada en su coherencia interna y sobre todos que sea corroborada por otros medios de prueba”.
“Luego de examinar todos los elementos probatorios incorporados y valorados, el suscripto entiende que la investigación se encuentra completa y agotada, no resultando probable la incorporación de nuevas evidencias que modifiquen sustancialmente la presente resolución y que del mérito de la prueba colectada imposibilita alcanzar el grado de probabilidad necesario para avanzar hacia una imputación”, continúa el escrito.
Y agrega, en sentido contrario: “Sin embargo tampoco se logra arribar al grado de certeza necesario para concluir que el hecho no se cometió”.
Lo insólito de la medida es que el archivo fue decidido a pesar del contundente dictamen de una profesional que integra el Servicio de Psicología Forense del Poder Judicial y que concluyó que el sacerdote sospechado “presenta claros y abundantes indicadores de perversión en el área de la sexualidad”.
El caso
Mauricio R. trabajaba en el 2012 con el cura denunciado en la parroquia San Roque de Corral de Bustos. El sacerdote lo empleó para el mantenimiento de la iglesia limpiando excrementos de paloma del campanario. Sin embargo, un día -según la denuncia- le suministró una pastilla para hacer “una cura de sueño”, y cuando se despertó, el religioso estaba desnudo a su lado y sintió evidencias de haber sido abusado.
Los abusos fueron denunciados también en el ámbito de la Iglesia, pero a pesar de sus intentos de obtener justicia, no se tomó medida alguna. Por su parte, el Servicio de Psicología Forense del Poder Judicial informó que el párroco “presenta claros y abundantes indicadores de perversión en el área de la sexualidad“. Sin embargo, el fiscal Pedro Matías Guerra, mandó a archivo la causa, alegando que existe una “duda insuperable”.
Ante la decisión del fiscal, la víctima de abuso eclesiástico indicó a TN: “Siento que se cometió una injusticia. Nunca esperé que el señor fiscal defendiera a tal punto al cura. Su decisión me mató en vida. Hace siete años que vivo un calvario, llevando esta cruz. Me sometí a la cámara Gesell y puedo mirar a cada una de las personas con las que hablé a la cara, porque fui siempre con la verdad, que tiene que prevalecer. Fueron siete años sintiendo en el cuerpo esa asquerosidad “, lamenta.
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