INTERNACIONALES
La Iglesia chilena prohibió a los curas besar, abrazar y “dar palmadas en los glúteos” a los menores
CHILE. Un controvertido documento del Arzobispado chileno, que finalmente fue borrado, incluía una serie de “orientaciones” para prevenir situaciones de abuso al interior de la Iglesia, con el fin de “que nunca más ocurran”.
Mientras la Justicia chilena mantiene abiertas 126 causas por abusos sexuales contra menores cometidos por religiosos, la iglesia católica del país vecino publicó, y luego eliminó, un controvertido documento que establece las reglas del trato del clero con menores de edad: prohibidos los “abrazos demasiado apretados”, “dar palmadas en los glúteos, tocar el área de los genitales o el pecho”, “dar masajes”, “besar en la boca” y “recostarse o dormir junto a niños, niñas o adolescentes”, entre otras reglas.
El documento se titulaba “Orientaciones que fomentan el buen trato y la sana convivencia pastoral” y estaba firmado por el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, imputado por encubrimiento. El mismo tenía un artículo dedicado a las “muestras de afecto” que prohíbe a los curas chilenos “abrazar por detrás”, “luchar o realizar juegos que implican tocarse de manera inapropiada”, “cualquier expresión de afecto que el niño, niña, adolescente y personas vulnerables no aceptan y rechazan”.
Otro artículo del documento hace referencia indica que los sacerdotes no deben “violar la privacidad, mirando o sacando fotos, mientras los niños, niñas, adolescentes o personas vulnerables estén desnudos, se visten o se duchan” o “usar lenguaje inapropiado y soez”. Asimismo, el documento asegura que es un “desafío permanente cuidar que nuestras conductas favorezcan el buen trato, no puedan ser mal interpretadas ni den señales inequívocas”, por lo que preconiza no “regalar dinero u objetos de valor” a los menores a menos que se haga con “justa causa” y el “conocimiento de los padres o tutores legales”.
Sin embargo, luego de la publicación en el sitio web, la iglesia chilena a través de un comunicado explicó que el documento fue “hecho según estándares internacionales, que tiene plazo de seis meses para perfeccionarse con toda la comunidad eclesial”. “Se corregirán ciertos contenidos que fueron traducidos en forma literal y que no son adecuados, o que se prestan para interpretaciones incorrectas. Presentamos las disculpas del caso y publicaremos una nueva versión en el más breve plazo”, dijeron.
Comentarios
comentarios