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En Paraná reabrieron sus puertas los telos
Los hoteles de alojamiento reabrieron sus puertas con estrictos protocolos de limpieza y si bien mantienen sus precios para los turnos, los responsables coincidieron que “cuesta retomar al 100%”.
PARANÁ. A partir de la autorización provincial para la habilitación de la actividad hotelera y gastronómica, los hoteles alojamientos reabrieron sus puertas en Paraná.
A una semana de la reactivación de la actividad, desde el albergue transitorio indicaron que “no se trabaja al 100% porque la gente se cuida muchísimo”.
Consultados a los responsables de un tradicional motel por los protocolos de seguridad por el COVID-19, éstos explicaron que cumplen con las tareas de limpieza. De hecho, pidieron disculpas de antemano a sus clientes ya que en el estricto cumplimiento del protocolo pueden existir demoras para entregar las habitaciones.
En relación a la norma reguladora de la actividad que establece que los hoteles deberán “solicitar al pasajero una declaración jurada”, desde Motel Tijuana remarcaron que al establecimiento no se le exige atento a que “vendemos privacidad”.
Respecto de las tarifa, aseguraron que “es la misma; de 800 pesos el turno de tres horas con desayuno incluido y de 1000 pesos la habitación Premium”. Mientras que por la noche, el turno es 800 pesos las dos horas.
En tanto, desde Motel VIP´S, recalcaron que la situación es “mala porque no se trabaja como antes”. “Como mucho, tendremos una habitación ocupada por día”, indicaron.
“Contamos con alcohol en gel, usamos guantes y limpiamos con lavandina; ya nos avisaron que íbamos a tener una inspección”, comentaron desde el alojamiento ubicado sobre Avenida de Las Américas al 500.
Al referirse a los precios, el turno de dos horas es de 850 pesos. Mientras que desde Motel Torremolino, comentaron que “se trabaja normalmente”. Los turnos son de tres horas de domingo a jueves y de dos horas los fines de semana. Los precios de las habitaciones van desde los 750 a los 900 pesos.
Populares entre los 60 y los 80, los llamados “telos” eran el lugar en el que los jóvenes encontraban intimidad o donde las parejas de larga data conseguían reconectarse. Aunque los cambios de constumbres y la baja rentabilidad que alcanzan a raíz de los aumentos en las tarifas de los servicios, hicieron que la actividad continúe en franco declive.
Sumado a que, por la cuarentena decretada para evitar la propagación del coronavirus, los albergues permanecieron cerrados durante más de dos meses.
Diario Federal
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