Una víctima de abuso eclesiástico asesinó a un sacerdote de 91 años. El religioso también estaba acusado por abusar del padre del joven y de, al menos, cuatro menores más.

FRANCIA. El sacerdote Roger Matassoli (91) había sido acusado de abusar sexualmente de al menos cuatro niños pero se mantuvo en la nómina de la Iglesia hasta 2018. El cura abusó de su asesino y del padre del mismo.

Un joven de 19 años identificado como Alexandre V. torturó y mató a Roger Matassoli, un cura de 91 años que había abusado de él y también de su padre, cuando era niño. El sacerdote también había sido acusado de abusar de otros cuatro menores. A pesar de las sospechas por pedofilia, Matassoli permaneció en la nómina de la Iglesia hasta 2018, según señala el Daily Mail.

Matassoli fue hallado muerto en su casa de Oise, en el norte de Francia, con un crucifijo clavado en su garganta. El cura también presentaba signos de haber sido asfixiado. El hecho ocurrió en noviembre pero la Justicia francesa lo acusó recientemente.

Alexandre trabajaba en la casa del sacerdote como cuidador y según consignaron medios franceses el cura lo había obligado a limpiar su casa desnudo. El joven fue detenido mientras manejaba el auto del sacerdote asesinado.

A modo de defensa, la víctima de abuso afirmó que no se acordaba de lo que había pasado en la casa de Matassoli y fue trasladado a una clínica psiquiátrica, a raíz que tiene problemas mentales. Su padre, Stephane, había señalado que cuando empezó a trabajar con el cura su hijo empeoró. “Ha destruido una familia entera”, había asegurado. Matassoli abusó de Stephan cuando era chico y a raíz de eso, hace poco tiempo, el hombre se suicidó. Por ello, la policía intenta dilucidar si el crimen de Alexandre fue por venganza.

El cura mantuvo su cargo

Por otro lado, se supo que el cura fue trasladado tres veces de diócesis, de Clermont a Saint Andre Farivillers y de allí a Agnetz. El obispo Jacques Benoit-Gonnin ha revelado ante medios franceses que Matassoli fue apartado de sus tareas en la Iglesia en 2009 y que no fue hasta diez años más tarde y la declaración de dos de sus víctimas que fue apartado de su cargo. Sin embargo, el sacerdote siguió cobrando su nónima, según Benoit-Gonnin por “un error eclesiástico”.

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