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Magalí: Historia de amor, denuncias y redes sociales
La joven se fue de la casa que compartía con su madre y su hermana melliza denunciando situaciones de violencia. La familia de la menor acusó al novio de secuestrarla, pero la Justicia impartió una orden de restricción a sus propios padres y la puso bajo custodia en un hogar para menores. En las redes sociales, grupos ultra feministas acusan de un sin número de delitos al novio de la chica, quien también tiene una orden de restricción.
POSADAS. Una pareja de novios fue el foco de atención de noticieros y redes sociales durante la última semana del año: Magalí Solé Mases y Fernando Skuarek. Ella tiene 17 años, terminó el colegio secundario e ingresó a la carrera de medicina con el segundo mejor promedio. Él tiene 33 años, también es estudiante de medicina, y comenzaron la relación hace un año.
El caso de Magalí se inició con una denuncia de los padres en sede policial. Fue en las primeras horas del martes 26 de diciembre que la joven decidió no volver a su casa.
Por la mañana, la noticia sobre la búsqueda de una chica estalló en los medios de comunicación. “Se la llevó un psicópata”, afirmó la mamá de Magalí, María Elena Solé Mases, locutora reconocida en el medio, en una entrevista radial durante las horas desesperantes en las que no tenía noticias de su hija. El padre de la menor, Ricardo Meza, también locutor, fue más allá en su exposición mediática y entre lágrimas confesó: “mi hija es adicta, desde los 16 años, y toma pastillas porque esta persona le suministra”, acusó, en alusión a su yerno, Fernando Skuarek.
En las redes sociales la búsqueda se hizo viral. Miles de fotos compartidas intentando dar con el paradero de la joven, y una creciente marea de comentarios impulsados por representantes de movimientos ultra feministas, apuntando toda su ira en contra del novio, al que acusaron, entre otras cosas, de “violador, dealer y secuestrador”.
Mientras las horas pasaban la desinformación iba creciendo. Para el mediodía del mismo martes, la pareja llegó hasta la Comisaría de la Mujer Zona Oeste, de manera espontánea, intentando tal vez aclarar las cosas y ponerse en orden con la Justicia. Allí, los representantes de la ley retuvieron a la menor e inmediatamente llamaron al padre. La noticia no fue bien recibida por Magalí, quien en estado de desesperación salió corriendo sola del lugar con rumbo desconocido, otra vez en fuga.
Denuncias cruzadas
Para la mañana del miércoles Magalí y Fernando -nuevamente juntos- recurrieron otra vez a las autoridades, esta vez llegaron hasta el Palacio de Justicia, donde automáticamente la menor quedó bajo custodia judicial, mientras que a él se le notificó de una orden de restricción hacia su pareja.
“En busca del resguardo y la integridad de la menor”, la Justicia determinó una orden de restricción también hacia sus padres, a los que la menor había acusado de violencia. Con denuncias cruzadas de ambas partes, el juez en Violencia Familiar Alfredo Olmo Herrera, no tuvo más remedio que ordenar que Magalí sea trasladada hasta un hogar de menores. Luego se indicó que la joven permaneciera en custodia de uno de sus tíos en la ciudad de Posadas.
Feminismo, linchamiento y persecución
Conocida la noticia de que Magalí ya estaba en manos de la Justicia, la expectativa por el caso no decayó; y fueron las redes sociales el escenario abierto para las más variadas opiniones sobre los protagonistas de esta historia donde predominó el agravio, la difamación y un puñado de gravísimas acusaciones sobre delitos, supuestamente, cometidos por Skuarek.
Una de las principales activistas del movimiento feminista en la provincia, reconocida por su compromiso por diferentes causas sociales, Mariana Pizarro, alzó la bandera en contra del novio de la menor y no ahorró palabras para denostarlo: “Psicópata violento…”, comenzó ese posteo.
Pero lo que la feminista tendría de información podría cambiar el rumbo de la historia y de la causa judicial, en el mismo descargo en redes sociales detalló una lista de delitos que adjudicó a Skuarek: “mandó al hospital de una paliza a una víctima. Drogó y violó muchísimas menores de entre 13 y 16 años, obligándolas a tener sexo grupal. Casi mató de sobredosis a varias menores de edad. Las secuestra en su depto de San Luis y Tucumán o las saca de la ciudad, incluso del país. Muchas de sus víctimas tienen tanto terror al poder que él tiene sobre ellas que no se animan a denunciarlo”, acusó en su perfil de Facebook, seguramente con pruebas contundentes.
Fue La Voz de Misiones el medio que publicó un video grabado por Magalí Solé Mases durante sus horas en custodia en el hogar de menores, a quien se la observó con nuevo look, el pelo rapado y artífice de un mensaje contundente, al parecer dirigido a todos los que opinaron y se interesaron por su caso. El video estalló en las redes sociales y tuvo repercusión en otros medios, hasta que una determinada actuación de la Justicia logró que el material periodístico sea eliminado de las redes.
El estado de alteración expresado en los comentarios rápidamente se replicó entre los internautas quienes, confiados en la fuente, compartieron el contenido y opinaron indignados, como una cuestión automática, dando pié a un linchamiento mediático y siendo partícipes de una repentina persecución.
Investigando sobre violencia
La investigación de éste caso abre varios interrogantes en la Justicia. El magistrado interviniente deberá indagar en las denuncias cruzadas entre Magalí y sus padres, a quienes acusa de violencia familiar.
El conjunto de pruebas que recolectan los investigadores, según reveló una alta fuente judicial, incluye las afirmaciones que los allegados a Magalí hacen en las redes sociales. Como el caso de su tía, Mercedes Solé Mases, quien opinando en Facebook escribió: “Ella vive con su mamá y su gemela. El padre es violento pero no está con ellas”, explicó.
MATERIAL EXCLUSIVO. EN UN MENSAJE DE WHATSAPP MAGALÍ LE CUENTA A UNA AMIGA SU OPINIÓN SOBRE LA REPERCUSIÓN DE SU CASO EN LAS REDES SOCIALES.
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