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Bianca afirmó que seguirá yendo sin corpiño y el colegio definirá un código de vestimenta
“Voy a seguir viniendo sin corpiño”. Bianca Schissi no mintió cuando lo dijo. Tampoco cuando advirtió junto a sus compañeros del Reconquista de Villa Urquiza que luego de 48 horas sin recibir una respuesta a la carta que le envió a la rectora que la retó por ir a clases -como dijo- “sin sostén”, llegarían a ese secundario rompiendo todas las pautas del código de vestimenta. Este miércoles los alumnos llegaron en shorts, remeras de fútbol y ella, claro, sin corpiño, y mostrando el ombligo.
Pero la gran polémica disparada por el insólito reto a Bianca sí tuvo feedback desde la comunidad educativa. Si bien desde el colegio no hubo ninguna voz oficial que hablara luego del escándalo, la adolescente contó a Clarín que las autoridades escolares pidieron a cada curso que proponga pautas para definir un nuevo código de vestimenta. Gabriela González (la rectora) jamás nos contestó. Y el colegio jamás me mandó un mail avisando lo del nuevo código de vestimenta. Muchos compañeros lo sabían porque lo dijeron ayer a la mañana mientras yo estaba haciendo las notas en la puerta del colegio”, dice Bianca a este diario.
Después de las propuestas de los chicos, padres y docentes se reunieron en una asamblea, en la que no están presentes los alumnos. Esa reunión comenzó después del primer recreo del Reconquista -pasadas las 9.30- y es cerrada a las autoridades y los padres que integran el Consejo Escolar de Convivencia. Ariadna Prime, la mamá de Bianca, no fue convocada.
Crece la polémica por el reto a Bianca y habrá una “suelta de corpiños” frente al ministerio de Educación
Si bien desde esa asamblea -con las propuestas por escrito de cada curso- se llegará a nuevas pautas de vestimenta “sugeridas”, ese texto no será el código final hasta que no sea validado por los inspectores del Ministerio de Educación porteño. Frente a otro Ministerio de Educación, el de Nación, habrá esta tarde una protesta: frente al Palacio Pizzurno, este miércoles a las 17 se hará una “suelta de corpiños” en reclamo por el reto que recibió esta alumna.
Como el Ministerio de Educación de la Ciudad explicó el martes a Clarín, todos los secundarios porteños parten de una “guía orientadora” desde la que, entre directivos, padres y alumnos, establecen su propio Código de Convivencia. En él pueden definir si incluyen o no “pautas de vestimenta”. Se actualiza cada año. Pero, como en el caso del Reconquista, es dinámica y puede modificarse antes de esos 365 días.
Hasta ahora, el artículo 6 del código de convivencia del colegio de Bianca establece que todos los alumnos deben usar “pantalón largo y, en época estival, bermudas lisas no playeras”, al “largo de la rodilla o pantalón tipo capri”, “buzo o remera básica de manga corta, hasta la altura de la cadera y sin transparencias”. Tampoco se permite el uso de musculosas, escotes y ojotas. Y, si bien detallan la prohibición del uso de “inscripciones ofensivas” y “distintivos de clubes deportivos”, nada dicen sobre los corpiños.
“Ese nuevo código será votado democráticamente por el Consejo Escolar de Convivencia, que lo integran docentes, padres alumnos, preceptores y directivos”, dijeron a este diario desde el Ministerio. El viernes, la rectora cruzó a Bianca cuando salía al recreo. Le dijo que no podía ir a ese secundario público de Villa Urquiza sin corpiño. Ella, sorprendida, se lo discutió. Tenía un vestido sin escotes ni transparencias. “¿Cuál es el problema de que no use corpiño?”, quiso saber.
Terminó en la rectoría, con una “observación” en el cuaderno de comunicaciones. La rectora, María Gabriela González, escribió: “Se solicita que Bianca asista a la escuela con la vestimenta indicada en el reglamento de convivencia”. Pero ese reglamento nada dice sobre la ropa interior de los alumnos. Bianca asegura que, hasta ese momento, jamás había visto a la rectora. “No sabía que era ella”, dice. Este es el primer ciclo lectivo que la chica asiste al Reconquista. El año pasado quedó libre en el Colegio Nacional Buenos Aires: por eso tiene 18 años y cursa cuarto año en el secundario de la polémica.
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