DEPORTES
Messi no estará en el enfrentamiento de Argentina ante España de hoy
Una contractura rebelde lo privará otra vez de liderar a la Selección que cierra en Madrid, ante España, su gira europea. Le duele todo: el aductor y le duele faltar a este amistoso con España, el partido que más quería jugar. La cronología de las horas más extrañas de la minigira de la Selección cuenta que el lunes por la mañana Leo le dio una excelente nota a Fox Sports y le aseguró que iba a estar presente, Es más, explicó que no le gusta descansar: “Cuando más juego, mejor. Mi carrera siempre fue jugando cada tres días y mi cuerpo se acostumbró a eso”, dijo.
Listo, juega. Fuegos artificiales del lado argentino y luces de alarma del español. En ese momento despejó todas las dudas que venían desde Manchester, donde no participó del triunfo contra Italia. Quería jugar contra la España de sus amigos: Iniesta, con quien compartió sus 29 títulos en Barcelona, Piqué (25) y Jordi Alba (11). La España de sus “enemigos”: Sergio Ramos, al que tiene de hijo; en el clásico se enfrentaron 35 veces, Leo ganó 20, Ramos 12 y empataron 5, con 25 goles del 10, 4 del defensor, que además vio la roja cinco veces. Aunque el zaguero descuenta a nivel de Selección, con dos victorias.
Aquí, en España, a todo eso lo llaman morbo. Y Leo quería jugar, también, porque sabe que es el último gran amistoso antes del Mundial. Sólo faltaba el entrenamiento de la tarde porque, los más precavidos encendían la luz amarilla: “¿y si le duele…?” Parecía una invitación a la desgracia, porque Messi había completado la práctica del domingo sin problemas y los estudios que le fueron realizados por precaución no habían detectado lesión alguna.
Luego del entrenamiento a puertas cerradas Jorge Sampaoli dio la conferencia de prensa de rigor antes de los partidos y la primera pregunta fue sobre el estado de Messi. Eran las 18 horas. Y el entrenador argentino contestó: “Hoy entrenó normal con el grupo y está ok para jugar”. Perfecto, a llamar a las redacciones y poner el título.
¿Qué pasó después? ¿Cómo del “juega” se pasó al “está en duda”, luego “al casi seguro no juega” y al “está descartado” que ya el lunes arriesgaron otros? La respuesta es que a Messi nunca le dejó de doler del todo la zona, lo que se explica como fatiga muscular y es consecuencia de que juega más que nadie: 43 partidos en la temporada con el Barcelona, más cinco con la Selección.
Pero como Leo quería jugar se exigió en las prácticas. Durante todos los días escuchaba la voz de varios de sus compañeros, los más grandes, decirle que si le dolía no tenía que arriesgar. En Manchester les hizo caso a esas voces y el día anterior le avisó al cuerpo técnico que no estaba para jugar.
Nadie en la Selección esconde que es Messi el que decide. Y es lógico: el conoce su cuerpo y el umbral de dolor que puede aguantar. Además, ningún médico le puede asegurar que no se va a lesionar. Ante una nueva señal de molestia, ayer a la tarde, Leo volvió a escuchar esas voces, Y hay quien sugiere que también otras desde Barcelona. También es razonable.
Claro, desde su club miran la agenda y transpiran. El sábado 31 de marzo debería jugar en Sevilla por la Liga española, el miércoles 4 de abril como local ante Roma por los cuartos de final de la Champions League, con revancha el martes 10. Además, otras ocho fechas del campeonato (clásico con Real Madrid, el domingo 6 de mayo incluido) y la final de la Copa del Rey, frente a Sevilla, el sábado 21 de abril, en el Wanda Metropolitano, el mismo estadio donde juegan hoy España y Argentina.
Contando todo esto y especulando con llegar a la final de la Champions, Leo llegaría casi a los 60 partidos (59, en realidad). Una enormidad, aunque Messi quiera jugar siempre. Esa cuenta no sólo la hace el Barcelona, también sus más experimentados compañeros de Selección que temen por una lesión de su capitán y estrella. Mejor no arriesgar contra Italia y España y llegar bien al Mundial. Esa es su mirada y son las voces que Leo más escuchó.
De todas formas, algunas fuentes cercanas y conocedoras del rosarino no descartaban que hoy cambie de idea, pruebe con algunos ejercicios y recupere la confianza para jugar. Pero esto no ocurrió.
Si en Barcelona transpiraban, en Madrid respiran. Es imposible medir con precisión el respeto (y el miedo) que genera Messi. Su simple presencia entrenándose en la Ciudad Deportiva del Real Madrid provocó dos días de asalto periodístico buscando una foto que para los medios de aquí era histórica. Después, todas las preguntas giraban alrededor del 10, para los medios españoles no existía el resto de la Selección Argentina.
Cómo jugarle, cómo marcarlo se convirtió en un tema de debate, pese a que el equipo de Julen Lopetegui llega invicto en 17 partidos y viene de jugar en gran forma y empatar 1-1 ante Alemania en Düsseldorf. Koke, volante del Atlético de Madrid, lo definió con claridad y admiración; “Messi es el mejor del mundo y lo demuestra en cada partido. Cuando te encara sabes que va a hacer la jugada, lo ves, te preparas para taparlo… y va y te lo hace… O inventa otra cosa. ¿Que por qué no se lo baja cuando gambetea rivales? Porque es imposible”. Parece que Koke durmió tranquilo anoche. Y que Sampaoli no tuvo tanta suerte.
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