DEPORTES
La diferencia entre el futsal original campeón mundial y su copia, el futsal FIFA
La Selección que se coronó en Montecarlo en una definición apasionante con Brasil es otro completamente diferente a la que se ganó el título en Colombia en 2016.
Luego del emocionante triunfo de la Selección de Futsal ante Brasil y la obtención de la Copa del Mundo en el polideportivo municipal de Montecarlo, Misiones, surgió el interrogante sobre por qué la Argentina no es bicampeón, sino campeón vigente de dos Mundiales distintos.
Es que el que acaba de terminar se trata de un torneo organizado por la Asociación Mundial de Futsal, un ente que corre en paralelo con los campeonatos organizados por la FIFA, como aquel que consagró al equipo nacional en Colombia 2016 con un plantel completamente diferente.
Para entenderlo hay que revisar los libros y hurgar un poco en la historia de la disciplina. El futsal tiene su origen en Montevideo, Uruguay, durante los años 30. Tres décadas más tarde, en 1965, se creó la Confederación Sudamericana de Fútbol de Salón (CSFS), primera organización internacional del deporte, que comenzó a popularizarse en la Argentina a partir de la década del 50, aunque recién en 1964 se fundó la Confederación Argentina de Fútbol de Salón (CAFS).
En 1971, con el deporte en pleno crecimiento alrededor del mundo, se fundó la Federación Internacional de Futsal (FIFUSA), encargada de organizar el primer campeonato mundial.
Sin embargo, en los 80, la FIFUSA mantuvo un conflicto con la FIFA por el uso de la palabra “fútbol”, que decantó en que la frase “fútbol sala” sólo sería utilizada para los torneos de la FIFA. Es por eso que 1985, se decidió por denominar al deporte como “futsal”, nombre que igualmente también fue apropiado por la FIFA.
En 1990, tras la disolución de la FIFUSA por problemas económicos, se organizó la Confederación Panamericana de Futsal (PANAFUTSAL), hasta que en 2002 se creó la actual Asociación Mundial de Futsal, con sede central en Paraguay.
Al igual que entre la AMF y la FIFA, también existen diferencias dentro del futsal en la Argentina. Y es que desde la CAFS, que posee una filosofía más amateur y formativa, sienten que la AFA se está “apoderando” del deporte que ellos defienden y promueven desde hace años.
Ambos “futsales” cuentan con popularidad, marketing y métodos organizativos distintos. De un lado, se encuentran los torneos organizados por la AFA, de los cuales participan clubes como Boca, River, Independiente, Racing, San Lorenzo, entre otros. Además, cuentan con un mayor margen económico, y acapararon la atención de todos tras la obtención del Mundial de 2016.
Del otro lado, si bien la CAFS es parte de la Confederación Argentina de Deportes, depende del apoyo de los gobiernos provinciales y de diferentes auspiciantes para llevar a cabo los campeonatos, de los cuales participan clubes como Estudiantil Porteño (actual bicampeón de la División de Honor y sudamericano), Plastimí de Misiones, Don Orione o Eskarcha FC. Igualmente, Rosario Central, Newell’s y Godoy Cruz son los conjuntos de renombre que también participan de estas competencias.
Aunque la CAFS no se queda atrás en importancia, ya que cuenta con un amplio abanico de torneos y categorías, de los cuales participan más de 2.800 clubes, muchos de ellos de diferentes provincias del país.
Argentina, que acaba de organizar y ganar el Mundial disputado en Misiones, ya había sido anfitrión en 1994 (con sedes repartidas en Formosa, Corrientes, Tierra del Fuego, Chubut y Misiones) y en 2017 (Mendoza fue el epicentro de la competencia).
Este último ganó además en difusión después de que integrantes del seleccionado de Pakistán fueran deportados apenas pisar el aeropuerto de Ezeiza por cuestiones de “seguridad nacional”.
Esta situación también se extiende en el ámbito internacional. La FIFA se ramificó en el territorio de la AMF no sólo en Sudamérica, sino también en el resto del mundo. Es por eso que del Mundial que acaba de terminar participaron selecciones como Cataluña -no reconocido por la casa matriz de la pelota- o Curaçao -que está afiliado desde 1932, aunque no tiene recorrido en las grandes competencias de la FIFA-.
Por ahora, conviven los dos Mundiales. Y también conviven las viejas disputas sobre quién tiene la pelota bajo la suela.
Si bien ambos deportes comparten algunas reglas, como la cantidad de jugadores por equipos (5), y el tiempo de juego (20 minutos netos, es decir, el reloj se detiene cuando se interrumpe el juego) sin límite de cambios, también existen diferencias que son muy importantes y cambian la manera en la que se llevan a cabo los partidos.
Por ejemplo, en el futsal de la AMF los laterales y córners deben realizarse con las manos (por este medio llegó el gol del triunfo en la final ante Brasil). Además, en el saque del arquero, la pelota debe picar en el suelo (o ser tocada por otro jugador) antes de pasar la mitad de la cancha, algo muy distinto al futsal FIFA, en donde es común el saque largo del arquero hacia el pivot en el campo rival.
Por otro lado, los arqueros pueden salir de su área sólo hasta la mitad de la cancha, por lo que no se puede utilizar un arquero-jugador para llevar a cabo ataques de 5 contra 4, tal como ocurre en el futsal FIFA.
Además, la cancha en el futsal de la AMF puede ser de 36 a 40 metros de largo, y de 18 a 20 metros de ancho. Mientras que las medidas FIFA son de 38 a 42 metros de largo y 20 a 25 metros de ancho.
También cambian los campeones
Argentina ya había ganado el Mundial AMF en 1994. Ahora, con este segundo título, quedó a un galardón de los máximos ganadores en la historia, que son Colombia (2000, 2011 y 2015) y Paraguay (1988, 2003 y 2007). Por otro lado, Brasil tiene dos títulos (1982 y 1985), y Portugal (1991) y Venezuela (1997), poseen uno cada uno.
La historia cambia en el Mundial organizado por la FIFA. Brasil tiene 5 Copas en sus vitrinas (1989, 1992, 1996, 2008, 2012), mientras que España posee 2 títulos (2000, 2004), y Argentina, el conseguido en 2016.
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