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El nuevo DT de Brasil nació a 400 km de Misiones, está lleno de supersticiones y se peleó con todos
“Voy a contar una historia de la que no hablé en su momento porque me daba un poco de vergüenza. Un día, mi madre me dijo: ‘póngase esto que es azul, hijo’. Era un manto de la virgen y servía como protección. Y lo usé en la final de la Copa Libertadores contra Boca, con una camisa azul por debajo”, contó hace unos años Adenor Leonardo Bacchi, más conocido como Tite, flamante entrenador de la selección de Brasil en reemplazo del despedido Dunga. Una anécdota de su etapa como exitoso director técnico de Corinthians, al que llevó a conquistar el torneo continental en 2012, y que revela parte de sus pequeñas manías o cábalas, las mismas que suelen acompañar a otros entrenadores y jugadores dentro del supersticioso ambiente del fútbol. “Eso no significa que se gana por la camisa. Respeto las creencias de cada uno, sólo fue una coincidencia”, agregó sobre aquel regalo azul que lo acompañó, en una Copa en la que el Timão se enfrentó a varios rivales cuyo color referente de camiseta era azul: Boca, Emelec (Ecuador) y Cruz Azul.
En realidad, no es la única cábala de Tite. Acostumbra usar una camisa del color del equipo que dirige, llamar a su madre antes de los partidos para que le dé su bendición, rezarle a San Jorge y, a diferencia de muchos, adoptó al 13 como número de la suerte. Pero, más allá de la buena fortuna que lo haya acompañado en algún momento, el flamante entrenador del pentacampeón mundial desembarca al frente de la ‘canarinha’ con la exigente misión de levantarle la confianza a un equipo vapuleado por un cuarto puesto con sabor a nada en un Mundial en su propio país, dos copas América con actuaciones intrascendentes, y lo más preocupante, el sexto puesto que actualmente ocupa en las eliminatorias rumbo al Mundial de Rusia 2018, con el temor concreto de que Brasil se quede al margen por primera vez de una fase final de la Copa del Mundo.
“Estoy acá porque los resultados no fueron buenos. Es cierto que corremos el riesgo. Eso va a condicionar nuestro trabajo”. No dudó Tite en admitir la crisis en el acto de asunción como nuevo entrenador de la ‘seleçao’. De origen ‘gaúcho’, nacido en la sureña Caxias do Sul, Tite respira fútbol: en sus ratos libres, dirige un club integrado por amigos de su ciudad. Por supuesto, fue jugador y actuó en Gremio, Portuguesa y Guaraní, antes de retirarse a los 27 años por lesiones crónicas en las rodillas. Como entrenador, se encargó de llevar a lo más alto a Corinthians, pero también dirigió a Sao Caetano, Gremio, Atlético Mineiro, Palmeiras, Inter de Porto Alegre, además de Al Ain y Al Whada, ambos de Arabia Saudita. Otra curiosidad: dirigió a Carlos Tevez durante la etapa del ‘Apache’ en Corinthians, en 2005, en una relación no exenta de polémicas; de hecho, el DT dejó el club en medio de una fuerte interna.
Las controversias también envolvieron su llegada a la selección, que se produjo ahora, a los 55 años, y luego de un par de negativas. Y es que muchos recordaron que, en 2012, Tite realizó duras declaraciones respecto de Neymar, hoy símbolo y figura mayor del seleccionado brasileño: “Perder o ganar forma parte del juego. Simular faltas no lo es. Neymar es un mal ejemplo para un niño que está creciendo”, lo criticó sobre las supuestas simulaciones que de Neymar, que entonces jugaba en Santos. En la misma época, consideró que ‘Ney’, hoy en Barcelona, no estaría a la altura de otros astros históricos brasileños: “Zico era mejor que Maradona porque era mucho más completo, tenía las dos piernas, defendía. Neymar es más un atacante de jugada individual. Es extraordinario, movedizo, pero no creo que llegue al nivel de Zico”. Ahora, ya al frente del seleccionado, respondió: “Las situaciones pasadas las borramos, ahora la relación es conmigo”.
Tite será el cuarto entrenador de Brasil en seis años, tras los fracasos de Mano Menezes, Luiz Felipe Scolari y Dunga. Por lo pronto, después de recorrer el museo del fútbol brasileño antes de la presentación ante la prensa, Tite tomó idea del inmenso desafío que tendrá por delante: “La de la selección nacional es una historia que inspira, pero que también hace temblar las rodillas”.
Fuente: Cancha llena
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