DEPORTES
Bronca en Villa Sarita porque Crucero le sopló a Guaraní un delantero proveniente de Europa
Crucero sacó del buche a Guaraní a Imanol Iriberri, un delantero marplatense que llegó a Misiones para firmar con la Franja, pero no resistió tres ofertas y jugará la B Nacional. Se suma a un sinfín de casos de cambios de vereda, con distintos matices
Posadas (por Emiliano Andreoli, FM Show). Que Guaraní y Crucero del Norte no se llevan bien no es novedad. Pero ¿cómo?, si se jugaron dos amistosos en los cuales se recaudó muchísimo, pero también se agrandó la grieta.
No fue un hecho aislado aquellos empujones entre Miguel Ángel Zahzú y Juan Sosa, DT de Guaraní y Manager de Crucero respectivamente. Para nada, ahí hubo cuestiones de otros tiempos, que explotaron dentro del Andrés Guacurarí, el peor lugar para hacerlo. Zahzú desestimó, en la rueda de prensa posterior, cualquier ida y vuelta con el manager, quien también intentó desviar la atención.
Hubo un detalle, el periodismo estuvo al lado de los empujones y muchos escucharon las acusaciones en el medio de los nervios. Nuevo no fue, el último tampoco.
La lista de nombres que cruzaron de vereda suma y suma. Se da una especie de lógica, los jóvenes a Santa Inés, los más grandes a Villa Sarita. Iván Molinas, la promesa que Guaraní tenía guardada bajo siete llaves, cambió y ahora es la promesa del Colectivero. El propio Pablo Ostrowski, ídolo franjeado, esperó y esperó alguna señal dirigencial desde su barrio, pero no llegó. Pidió entrenar y Crucero lo cautivó con su orden y cuentas al día. Pasó Ostrowski de esperar sueldos en el Clemente Argentino, a gozarlos del 1 al 10 en el Andrés Guacurarí. Y eso que oficialmente todavía no debutó.
Si la mirada cambia de lado, a Guaraní fueron llegando jugadores con pasado colectivero desde hace mucho tiempo. Gustavo Semino, Julio Barraza, Germán Gamarra, Enzo Bruno que fue y volvió, Marcelo Barreña (nuevo en Guaraní). Tantos que la cuenta se hace interminable.
Ahora bien, el caso Imanol Iriberri roza lo ilógico: Ni llegó a Guaraní y lo abordaron para que cambie de posición. Rechazó dos ofertas, pero la tercera se hizo imposible. Iriberri, un delantero marplatense que llegaba desde el Boavista de Portugal, aceptó y dejó atrás hasta una cena que había compartido con los franjeados. La pregunta que nace es: ¿Necesita Crucero otro número 9? La respuesta la tendrá seguramente su técnico Miguel Ángel Salinas, quien ya cuenta con Mauro Siergiejuk, Pablo Stupiski, Ostrowski y ahora Iriberri. O lo sabrá Juan Sosa, el manager que fue a buscar al marplatense a un hotel que había pagado el rival de siempre.
46 fechas tendrá la B Nacional, que sin dudas dará tiempo a Salinas y Marczcuk para probar y probar a sus 9. Quien se quede con el puesto, seguramente, será el que la meta más rápido. Por ahora, el más rápido fue Sosa y, por consecuencia, Crucero del Norte.
No todo es culpa del que se lleva el jugador. Como nunca se había visto, Guaraní trajo y trajo jugadores ‘a prueba’, algo que llamó la atención. ¿Los motivos? Había tiempo para armar el mejor plantel y así se intentó hacer. A fin de cuentas, Guaraní no trajo arqueros nuevos (salvo Brian Markovics, arquero de Ágil de Gobernador Roca). En realidad sí los trajo, pero ninguno quedó. Jonatan Irrazabal, con pergaminos uruguayos de haber jugado Copa Libertadores, vino y se fue después de dos malos amistosos. Carlos Franco, de casualidad otro ex Crucero, duró dos días y también se le dio la salida. Ahora llegó Gastón Molina, un arquero de la B Metropolitana que, sí, también se mantiene a prueba.
Crucero del Norte comenzará este lunes su participación en la segunda categoría del fútbol argentino. Sabrá Salinas a quién pondrá de 9. Material tiene, de la casa y de la casa de enfrente. Guaraní, en tanto, esperará hasta el domingo 4 para viajar a Formosa y visitar a Sol de América. Sabrá Zahzú a quién elegirá para que acompañe a Cristian Barinaga, la ilusión de siempre.
Fuente: el show de los impactos
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