AMBIENTE
Ambay: crece fácil en Misiones, cura la tos y enfermedades respiratorias
El ambay es utilizado ampliamente y desde tiempos antiguos por los aborígenes sudamericanos en especial para tratar las afecciones de las vías respiratorias, como expectorante pero su verdadero efecto es antitusivo sobre todo en los casos de tos improductiva o tos seca, el efecto expectorante esta también presente pero en menor medida.
El Ambay tiene como nombre científico Cecropia pachystachya Trécul., Cecropia adenopus o también llamadas de forma más popular en el español como ambay, embaí, amba-i, ambaiba, ambay guazu, palo lija,en el caso del portugués es embaúba, ambaíba, árvore-da-preguica.
El ambay es un árbol dioico, es decir que existen ejemplares masculinos y ejemplares femeninos de la planta planta, presenta una altura cercana a los 10-20 metros, corteza provista de látex, ramas con muchos nudos y ahuecada.
Las hojas presentan la forma de palma de una mano con dedos, donde la parte de arriba de la hoja es áspera al tacto (de allí el nombre de palo lija), de un color verde oscuro y la parte inferior de la lamina de la hoja es de color gris blanquecino con una textura suave y sedosa gracias a la presencia de largos pelos o tricomas.
Presenta flores pequeñas, dispuestas en grandes receptáculos carnosos y digitados, frutos pequeños. En nuestra provincia se la puede observar como parte integrante de nuestra selva Misionera y en las zonas de costa de ríos y arroyos.
Se utilizan las hojas y brotes secos. A las hojas se le quitan los pecíolos y las nervaduras. Se preparan en forma de decocciones o té, colocando las hojas y brotes en un recipiente con el agregado de agua y calentar hasta hervir, puede ser endulzado con miel o azúcar.
Otra forma refiere la preparación previa de un caramelo con azúcar (azúcar quemada) al que se le agregan las hojas y brotes secos e inmediatamente se completa la preparación con el agregado de agua hirviendo, de preferencia consumir caliente.
El ambay es utilizado ampliamente y desde tiempos antiguos por los aborígenes sudamericanos en especial para tratar las afecciones de las vías respiratorias, como expectorante pero su verdadero efecto es antitusivo sobre todo en los casos de tos improductiva o tos seca, el efecto expectorante esta también presente pero en menor medida.
Hay que tener presente siempre que cuando se siente un paciente con mucha flema o catarro no es aconsejable inhibir la tos utilizando plantas que tengan efecto antitusivo ya que ese catarro debe ser eliminado y para ello el toser ejerce un efecto productivo en la expectoración.
El ambay también es empleado con fines antinflamtorio y antiséptico. Las hojas frescas eran aplicadas sobre heridas y quemaduras, mientras que el látex del tronco se empleaba como caustico para reducir verrugas.
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