El ex gobernador Federico Ramón Puerta es uno de los protagonistas de la vida política, social y económica de Misiones desde hace décadas, pero habrá vivido sus horas más difíciles en 1984, cuando fue secuestrado en Curazao por guerrilleros, y en 2001 al hacerse cargo de la presidencia de la Argentina que estaba en llamas.
Las dos circunstancias, independientes entre sí, debieron haber marcado al apostoleño, actual embajador argentino en España, pero sin duda el grave incidente en el Caribe fue el que lo puso más cerca de la muerte al discutir cara a cara con delincuentes armados y dispuestos a todo, dentro de un avión DC-9 con otras 81 personas a bordo.
El incidente se registró el 29 de julio, hace 34 años, pero tuvo escasa repercusión tanto en la provincia como en el país, debido a su figura recién asomaba en la política doméstica, aunque era preponderante su papel como empresario en el sector yerbatero, soltero y ambicioso. Tampoco existían las herramientas de comunicación de la actualidad.
Recién en 2001, poco antes de asumir en el Senado adonde llegaría a ocupar el cargo de presidente, el diario porteño La Nación comentó al trazar su perfil comentó que “antes de ocupar los cargos electivos, en julio de 1984, vivió una odisea muy particular”, refiriéndose a la odisea en la isla caribeña, celosamente silenciado por los medios misioneros.
La publicación decía solamente: “El avión en el que viajaba de Caracas a Curaçao fue secuestrado por miembros de la guerrilla haitiana y dominicana. Después de una ardua negociación, él logró salir de la aeronave y un comando irrumpió en la máquina y mató a los asaltantes”, obviando otros detalles tal vez por el tiempo transcurrido.
Del placer al drama
Puerta realizaba un viaje de placer acompañado por una mujer que las crónicas de los diarios de la región la habían identificado como su esposa, cuando dos sujetos en pleno vuelo saltaron de sus asientos y uno de ellos tomó a una azafata del cuello y le apuntaba con un arma a la cabeza. El otro se plantó en el paso con otra arma y una granada.
Fue el comienzo de 38 horas de horror del vuelo 252, con el yerbatero Puerta y su acompañante entre el pasaje de la máquina de la empresa Aeropostal.
Los terroristas fueron identificados como el disidente haitiano Dominique Hillertant, un exmilitar haitiano, que se desempeñaba como portero nocturno de un hotel en Caracas, estaba empeñado en derrocar al dictador Jean Claude Duvalier, y el dominicano Félix Segundo, alias El Bello Milagros, un aventurero.
El primero ordenó bajo amenazas al piloto Arturo Reina y su copiloto Manuel Hernández que cambiaran el rumbo hacia la isla de Margarita, pero después optaron por Trinidad, donde la aeronave aterrizó con poco combustible. Una vez reabastecidos, siguieron a Curazao donde los secuestradores pidieron la devolución de un arsenal de 30 subametralladoras UZI, 24 fusiles M-16, 6 docenas de pistolas calibre 38 y 24 granadas fragmentarias.
Después los delincuentes exigieron dinero, un helicóptero y salvoconductos para viajar a Europa, en medio de un clima de tensión dentro y fuera de la aeronave, al punto que “una mujer de nacionalidad argentina, María Simkin de Puerta, abortó, lo que hizo a los sujetos considerar la posibilidad de dejar bajar del avión a un reducido grupo de personas”, dijeron en las crónicas.
Y añadieron las publicaciones que “entre las seis personas que bajaron del avión estaba el esposo de la mujer que había abortado, Federico Puerta, quien se comprometió con los secuestradores a buscar con su familia 1,2 millones de dólares para que la liberaran a ella y su pequeño hijo que quedaban como rehenes”.
“Los secuestradores quisieron presionar más a las autoridades y amenazaron con hacer explotar el avión”, señalaron los medios en comentarios que fueron reflotados en año pasado, especialmente por el sitio Primicia, de Venezuela. “‘Es imposible que ustedes quemen esto, hay niños, gente inocente a bordo’, le gritó una desesperada aeromoza a Segundo y por respuesta obtuvo un chorro de gasolina en su cuerpo y que el dominicano le acercara un fósforo prendido a la cara durante eternos segundos”, señalaron también.
Ataque y rescate
En la pista de la isla de Curazao había dos grupos de comandos especiales, un SWAT estadounidense y un grupo de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) de Venezuela, aunque solamente el segundo asaltó la aeronave ya cerca de la medianoche del 30 julio.
Los militares le dispararon a las ruedas del avión para inmovilizarlo y con granadas aturdidoras irrumpieron en la aeronave, matando a uno de los secuestradores e hirieron al otro que, finalmente, también fue ejecutado cuando intentó escudarse en una mujer. En pocos minutos estaban libres los pasajeros.
“Los pasajeros del vuelo 252 de Aeropostal volvieron a Venezuela al día siguiente, en el mismo avión, pero debieron volar a poca altura para evitar algún problema con la presión por los múltiples impactos de bala que presentaba la aeronave”, dijeron los medios caribeños. Y en el pasaje, también regresaron Puerta y sus acompañantes.
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Herrera Ahuad visitó a Antonella
El gobernador respaldó a la familia que reclama que le devuelvan a la niña que criaron como su hija y que pretenden adoptar:
“La vi integrada al ambiente y con mucho afecto”.
El gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, visitó a la pequeña Antonella en su casa de Eldorado. Fue el sábado por la tarde durante una visita a la Capital del Trabajo, como publicó en exclusiva el medio digital Stop en Línea.
En diálogo con La Voz de Misiones, el mandatario repasó los detalles del encuentro que se concretó en una casa del Barrio Primavera, en el kilómetro 2.
“Los visité. Noté empatía y afecto”, comenzó Herrera Ahuad, quien también es médico pediatra, en un análisis coincidente con el informe psicológico que recomendó a la Justicia no separar a la niña de sus padres del corazón, Ester Barreto y Luis Narciso.
El gesto del titular del Poder Ejecutivo con la familia de Antonella llegó en medio del reclamo continuo de la comunidad, que quiere que la Justicia -ahora la Cámara de Apelaciones– contradiga de una vez el fallo de la jueza Corina Jones, a cargo de Juzgado de Familia N°1 de Eldorado, que con su decisión arbitraria arrancó a la niña de la familia que la protegió desde recién nacida y que, desde siempre, pretende adoptarla.
Luego de una charla cercana con Ester y Luis, y de interactuar con la pequeña Antonella, el gobernador hizo su propia evaluación socioambiental, y le dijo a LVM: “Impresiona un núcleo familiar armónico”.
En un análisis breve y concluyente, el doctor afirmó: “Al a niña la vi integrada al ambiente y con mucho afecto”.
Tiro por elevación
Sin mencionar aspecto alguno de la causa judicial en torno a la adopción de Antonella, el gobernador Herrera Ahuad marcó su apoyo a la pareja que reclama la legalidad para continuar criando a su hija del corazón.
Sobre la visita del gobernador, Leandro Dávalos, tío de niña (hermano por parte de madre de Luis Narciso, el papá de Anto), repasó:
“En vez de enviar a un asesor, vino él a ver cómo vive Antonella”.
La visita sirvió además para que la familia le informe de primera mano la historia de la pequeña. Le entregaron una copia del informe psicológico que recomienda dejar a Antonella con mamá Ester y papá Luis y parte del expediente que la familia cuestiona y que la Cámara de Apelaciones revisa por estos días.
Como un tiro por elevación, Herrera Ahuad marcó su apoyo a los Narciso, los Barreto y los Dávalos, la gran familia que rodea a Antonella. Mientras tanto, todas las mañanas de mantiene firme una guardia de pacíficos manifestantes con carteles en la puerta del juzgado por calle Dinamarca.