Mientras el senador Maurice Closs aprende equilibrismo entre la oposición y el oficialismo, aquella delgada línea que lidera el diputado conductor Carlos Rovira y que garantiza el gerente del Gobierno provincial Hugo Passalacqua, trata de mantener contenida a su tropa para que no se desate una revolución que haga que la renovación llegue fracturada a las elecciones de 2019. Algunos de sus exfuncionarios le piden una postura más opositora al gobierno de Mauricio Macri y que plantee diferencias con el rovirismo, pero él echa paños fríos.

Quien tiene una postura más fuerte es el expresidente del IPLyC, Eduardo “Balero” Torres, que durante una reunión de la mesa de crisis del clossismo habría dicho que las próximas elecciones las tenía que ganar la “oposición que surja dentro de la renovación”. Seis dirigentes, entre ellos Closs, escucharon la opinión del fanático de las carreras de caballos. La postura del exgobernador fue cauta y aclaró que él no piensa ser parte de una interna que fracture a la renovación.

Torres no es el único que cree estar en Sierra Maestra. Un exfuncionario de Closs, pero de origen peronista, también quiere una revolución dentro de la renovación para “echar a los que traicionaron a los compañeros que apoyamos a un gobierno nacional y popular”. Aquel dirigente que sigue aferrado al kirchnerismo no estuvo presente en la sala en la que se reunieron los comandantes clossistas.

En el cónclave se habló sobre el “dolor” de algunos dirigentes del llamado clossismo que fueron “ninguneados” y dejados afuera de la estructura del Gobierno. Se dijo que desde hace tres años hay una “casa de brujas” acompañada de una política de desgaste sobre la imagen de exfuncionarios de la gestión de Closs. Pero el punto en el que todos los presentes se mostraron más preocupados es sobre el avance del PRO en Misiones, sobre todo en algunos municipios en donde los intendentes comienzan a tener línea directa con funcionarios del Gobierno nacional.

“Si las cosas siguen así, corremos el riesgo de perder las elecciones del año que viene. Hay intendentes que se van a dar vuelta”, opinó uno de los asistentes a la mesa de crisis. Otro fue tajante: “El macrismo hace alianzas puntuales, que nadie se crea que ellos no van a venir por todo. Humberto (Schiavoni) está convencido en que será gobernador y Macri va a preferir apoyar a uno propio y no a un aliado. No seamos buludos”.

Todos coincidieron en que hay que apoyar con mayor determinación al intendente Joaquín Losada. Sostienen que la municipalidad de Posadas es la que más corre riesgo en caer en manos del macrismo y que las posibilidades de reelección del alcalde son mínimas.

“Sin la unidad va a ser muy difícil ganarle a un gobierno que tiene posibilidades de ser reelecto. Yo no voy a ser candidato y vamos a tener que apoyar a quien sea candidato a gobernador por la renovación”, sostuvo Closs. Para él hay que atrincherarse y conservar lo que se tiene.

Todo parece indicar que en el alicaído clossimo hay un creciente malestar, pero los que alientan una insubordinación no tienen consenso. Mientras tanto, Closs sigue haciendo equilibrio en twitter y Passalacqua ejecuta el plan de una política Zen.

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