LA VOZ DE LA GENTE
Los barrios de la chacra 189 y la Av. Monseñor de Andrea, en abandono total
La chacra 189 que tan solo está a 10 minutos del centro de la ciudad sigue en un estado de abandono total por parte del gobierno municipal como también del gobierno provincial. “Estamos cada vez peor, es una vergüenza vivir acá, pero por más que nos quejemos, nadie nos escucha” se lamentó un vecino que hace casi 2 décadas vive en el barrio Hipotecario ( Monseñor de Andrea y Centenario) pero que prefirió no revelar su identidad por temor a represalias “acá en el barrio varios funcionarios, incluso algunos con cargos altos dejaron a sus familias viviendo, si bien ellos se separaron y se fueron, dejaron a algunos familiares viviendo, por eso no quiero que se sepa mi nombre”, casi que con temor nos pidió no revelar su identidad.
En una recorrida por la zona (sin botas es imposible caminar) nos dimos cuenta que se incrementó en los últimos años considerablemente la cantidad de casillas entre las avenidas monseñor de andrea. centenario, jauretche, Alem e incluso llegan hasta la 115 en donde en algunos casos se parece más a una villa miseria que a otra cosa. Engachados de la luz, sin agua potable, sin cloacas y entre arroyos viven alrededor de 5000 personas en condiciones lamentables y a las que el gobierno se cansó de “censar” y prometer una re-ubicación.
” Acá nos roban cotidianamente” se quejó otra vecina del Barrio Lucas Braulio Areco, y agregó “vivimos con olor a porro, ya que se drogan las 24 horas y ya no respetan ni la plaza del barrio y nadie hace nada, la policía no pasa nunca ni cuando los llamas vienen, así que imagínate”.
La avenida Monseñor de Andrea empieza en la avenida Quaranta (ex ruta nacional 12) y termina a metros de la ribera de Posadas. En su trayecto, tierra, empedrado, obras paradas, basurales, algo de asfalto y más tierra, son el ejemplo de una avenida del oeste de la capital provincial, entre las arterias que sí fueron atendidas por los gobiernos como la 115 y finalmente la Zapiola.
Desde la ex ruta 12 el acceso pasa casi desapercibido. Es una calle de tierra angosta que poco a poco se va abriendo como lo que debería ser, pero siempre de tierra y piedras hasta la intersección de la avenida Ituzaingó. Desde ese punto, siempre hacia el norte, la Monseñor de Andrea se presenta con empedrado y sectores de asfalto, durante unas 14 cuadras. Antes de llegar a la esquina de Almirante Brown, el proceso de urbanización se detuvo desde hace años y los vecinos empezaron a darle la forma de acuerdo a sus necesidades.
Pasos por encima de los bulevares, vehículos en contramano o en mano al revés que ya es normal y los que transitan por el sentido correcto terminan siendo los equivocados. Poco después hay cuatro cuadras en construcción, también obra paralizada hasta Blas Parera.
Luego, el tramo comprendido hasta la avenida Urquiza es de tierra y luego ya se vuelve en una calle hasta desaparecer.
En el trayecto desde la ex ruta 12 hasta Ituzaingó, es el peor de todos. Con cada lluvia todo empeora y la iluminación va desde escasa a nula. En el medio, la ex cantera está rodeada de maquinarias, pero varios vecinos siguen pidiendo que se rellene o se limite de tal forma que no puedan acceder los más chicos en tiempos de calor.
El Territorio y LVM
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Se enteró que era adoptado y ahora busca a su mamá misionera
Walter Bruno, un bonaerense de 53 años, se enteró el año pasado que era adoptado. Ahora busca a su mamá, quien, según supone, es misionera.
Según contó el hombre en un posteo de Facebook, el año pasado descubrió que había nacido el 4 de julio de 1966 en el hospital Castex, de San Martín, provincia de Buenos Aires.
“Mi madre biológica me dio en adopción al matrimonio que me crio”, contó Walter y agregó que, lejos de estar enojado con ella, le agradece “que me hayas dado la vida y la familia maravillosa que me elegiste”.
En este sentido, el bonaerense ahora busca a su mamá, quien sería de la zona del Litoral, “con un porcentaje muy grande de Misiones, casi 100%”, aseguró.
Asimismo, se esperanzó: “Me encantaría verte, reconocerme en vos, ver si mis manos son como las tuyas, ver el brillo de tus ojos, saber quién es mi padre, si tengo hermanos, sobrinos. La mayoría de la gente dice precisar cerrar el círculo, yo lo veo más como acomodar la estantería para disfrutar lo hermoso de la vida”, reflexionó.
Sin mayores datos, Bruno dejó fotos de cuando era niño y de adulto “para ver si se reconocen los rasgos”.
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“La Municipalidad me inventó una multa y me quiere cobrar $48.000”
Un vecino de la ciudad de Posadas se contactó con este medio para denunciar que la Municipalidad lo está “estafando”.
Según contó el joven a La Voz de Misiones, todo comenzó en septiembre pasado, cuando al momento de vender su motocicleta, se le ocurrió consultar si tenía alguna multa. Para su sorpresa, el sistema de registro de infracciones de tránsito de la comuna posadeña detectó que su vehículo tenía un acta de sanción.
Ante la duda, se acercó al Juzgado de Faltas Dos para solicitar información: “Ahí me enteré que la multa era por pasar en rojo, y no sólo eso, decía que me negué a frenar y me escapé insultando a la policía”.
Sorprendido, el joven realizó su descargo, desconociendo los hechos: “Creo que de algo así me acordaría, además nadie más maneja moto en mi casa”, argumentó el denunciante y agregó: “Lamentablemente no tengo cómo demostrar que no cometí la infracción, siento que la Municipalidad me está estafando basada en una mentira que inventó algún inspector”.
Además, quien reside en la zona oeste de la capital provincial recordó que “la multa supuestamente fue en enero, pero nunca me notificaron, me enteré recién cuando quise vender mi moto”. En este sentido, sostuvo que la Justicia lo condenó a pagar 667 unidades fijas.
Asimismo, detalló que “encima tardaron tres meses en enviarme la notificación de la sentencia de la jueza a mi casa, tiene fecha de octubre y me llegó la semana pasada”, dijo a LVM y apuntó: “Me quieren cobrar 48.000 pesos por algo que no hice y ni siquiera me ofrecen un descuento por pago voluntario”.
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Pareja varada en Bolivia junta carbón para volver a Misiones
Una joven pareja de Misiones se fue a Bolivia para despedir a los padres de uno de ellos, quienes emprendían viaje a Colombia. Por la pandemia, se quedaron varados en Santa Cruz de la Sierra y no pueden volver.
Alfonso Rosemberg López, de 19 años, y Priscila González, de 18 años, son una pareja posadeña que en marzo viajó desde Misiones hacia Bolivia para despedir a los padres del joven, que por cuestiones laborales se iban a vivir Colombia.
El inesperado cierre de las fronteras tomó por sorpresa a la joven pareja, que debió usar todos sus ahorros para alquilar un dormitorio junto a los papás del muchacho y hacer la estricta cuarentena.
En diálogo con La Voz de Misiones, Alfonso relató la desesperada situación por la que está pasando junto a su novia: “De un día para el otro, mis viejos determinaron la fecha en que empezaban a irse para Colombia y decidimos con mi pareja venir y estar un tiempo con ellos y después volver”.
Pero todo cambió de color para los chicos, cuando en las noticias se comunicaba el cierre total de las fronteras debido a la pandemia de Covid-19: “En el trascurso del viaje hacia Bolivia estaba todo normal, todo bien, cruzamos frontera, llegamos a Santa Cruz de la Sierra y al día siguiente se cerraron todas las fronteras”.
A partir de allí, los jóvenes estuvieron encerrados los 45 días que disponía el gobierno boliviano, hasta la progresiva apertura de las actividades, y consiguieron una changa embolsando carbón.
Preocupado por no poder seguir sustentándose, Alfonso contó: “Un amigo de mi papá nos dio una mano y nos contrató para empacar carbón. Pero todo se ha vuelto muy complicado, porque a veces no se vende el carbón y nosotros quedamos sin trabajo en ese tiempo”.
Asimismo, el joven misionero comentó que, junto a su compañera, se acercaron hasta el Consulado argentino en Santa Cruz de la Sierra, y ahí le informaron que la única manera de volver a su hogar era por vía aérea: “Yo averigüé cuánto me salía para volver en avión y cuesta 300 dólares cada uno y por tierra sale más barato, pero todas las fronteras están cerradas y no me alcanza para volver en avión”, concluyó el muchacho.
El anhelo de los misioneros es regresar a la tierra colorada, poder ver a sus familiares y continuar con su vida. Por ello, dejan sus números para que alguna autoridad provincial pueda comunicase con ellos y brindarle una ayuda.
Alfonso Rosemberg López: 591 63406195
Priscila González: 591 62190355