Los alumnos del Bachillerato con Orientación Polivalente (BOP) 41 de Villa Unión, municipio de Campo Ramón, donde el frío se cuela por las rendijas de las viejas paredes de madera, se amuchan para que la frazada alcance para todos y no dejan parar la ronda de mate, todo con tal de mantener el cuerpo algo caliente.
Aunque cueste creer en la era del internet y de las redes sociales, la institución que alberga a casi 100 alumnos -de primero a quinto año- funciona en lo que hace más de medio siglo se construyó como un galpón de baile para la comunidad de la colonia.
Hoy, la estructura presenta un evidente deterioro y constituye un riesgo para los estudiantes y profesores. “Sabemos que nuestros hijos van a la escuela, pero no estamos seguros de que vuelvan sanos y salvos”, graficó Ángel Pedrozo, papá de una alumna de primer año.
Por su parte, desde hace tres años la dirección viene realizando los reclamos formales a través de notas a las autoridades de la cartera educativa, funcionarios provinciales y nacionales, como también por intermedio del gremio docente.
“Ya no hay puerta que no se golpeó, pero sólo conseguimos promesas. Por eso, si después de las vacaciones de julio no hay novedades sobre la construcción del nuevo colegio, ya decidimos que no vamos a dejar que nuestros hijos entren a clases”, anticipó Ramón Gómez.
“Es una heladera. Entra frío por todos lados y así es muy difícil dar clases. Es triste y la verdad que nos sentimos discriminados”, reconoció Adolfo Zaleski, alumno de cuarto año y presidente del centro de estudiantes.  Incluso, en los días despejados algunos profesores prefieren dar clases afuera, ya que los chicos se mantienen más cálidos a los rayos del sol que dentro de las aulas.  Al estar expuestos constantemente al frío muchos se engriparon, al punto que de 28 alumnos de primer año, seis presentaron certificado médico por enfermedad, precisaron desde dirección.

fuente: El Territorio

foto: Daniel Villamea

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