El último domingo a las 20 horas falleció una beba de 11 meses, integrante de la comunidad Guaraní Chafariz de El Soberbio que estaba internada en el hospital de San Vicente, a 30 kilómetros de la comunidad mbya. Este lamentable hecho preocupa y pone el acento en la situación en la que viven los niños, ya que viven en riesgo sanitario. Los más vulnerables son los menores de 2 años, que sufren fuertes cuadros de gastroenteritis con fiebre, vómitos, dolores en general y hasta deshidratación.

La beba ingresó el viernes 3 a la noche con fiebre de ocho días, vómitos y deshidratación severa. “Tenía una gastroenterocolitis y se estaba recuperando pero sucedió un episodio totalmente desafortunado: cuando su madre la estaba amamantando, se broncoaspiró con el alimento”, detalló a El Territorio el director del hospital, Claudio Soto González. Los médicos la asistieron rápido con las técnicas de resucitación. Sin embargo, “no se la pudo sacar del paro y falleció”, dijo el médico.

Además, con síntomas similares como fiebre y vómitos, fueron internados en el hospital Samic de Oberá dos bebés mbyas, con diarrea y deshidratación, y un tercero tiene diagnóstico de neumonía. Por suerte, uno de los pacientes fue derivado a San Vicente con buena evolución de su cuadro de neumonía. Otro niño fue dado de alta ayer al finalizar su tratamiento por gastroenteritis y neumonía, mientras que el tercer paciente continuará su internación por una gastroenteritis y recuperación nutricional.

Con este escenario, se reunieron ayer en la aldea ubicada entre El Soberbio y San Vicente las autoridades de Salud Pública, médicos comunitarios y del hospital de San Vicente, promotores de salud, el cacique Vicente Méndez y las familias. Indicó que la visita fue para ponerse a disposición de los habitantes y sobre todo, de la familia que perdió a su beba. “Hablamos con la mamá, que es muy joven, con los abuelos, los tíos; tenían mucha tristeza”. Otro objetivo fue concientizar sobre la importancia de la consulta temprana a los centros de salud y para que los padres recurran a los promotores, que son indígenas y que hablan el idioma mbya.

En la comunidad toman el agua y cocinan con lo que juntan en una vertiente, “la vertiente baja de un cerro, y más arriba hay un tabacal, por eso pensamos que el agua viene mala, viene contaminada con veneno. Les pedí a las autoridades que investiguen porque otra agua no tenemos para tomar”, indicó el jefe de Chafariz, Vicente Méndez.

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